El gigante tecnológico chino Huawei tiene claro dos cosas en su discurso: defender la seguridad y el respeto a la privacidad en sus equipos y cuidarse de no entrar en los temas políticos.
“Primero que nada, quiero decir que Huawei ha servido a 170 países durante 30 años. Huawei ha mantenido un historial de seguridad 100% limpio”, explica en una entrevista David Wang Chengdong, vicepresidente global de la compañía.
“Así que no hay una sola evidencia que demuestre que algo esté mal”, insiste.
Ahí está la primera pata de su argumentación siempre que son cuestionados por características de seguridad.
La segunda es la defensa de que no son actores políticos, que son una empresa privada que solo se preocupa por la satisfacción de sus clientes.
Wang Chengdong habla en un pequeño reservado del enorme hub que Huawei montó en el centro de convenciones de Barcelona, donde se celebró hace unos días el MWC 2025, el principal evento tecnológico del mundo, y al que fueron invitados periodistas de América Latina para conocer los avances y dificultades de la empresa en el último año.
Y como sabe que los ojos del mundo occidental están puestos en sus estándares de seguridad, amplía su defensa: Dice que la seguridad en sus equipos, procesos y la protección de privacidad es responsabilidad de cada uno de los 200,000 empleados que tienen y de cada departamento en todo el mundo, y que están obligados a tomar un examen de seguimiento cada año.
“La seguridad y la protección de la privacidad para Huawei es el principio más alto. Tiene una prioridad más alta que nuestro propio interés comercial. Entendemos claramente que necesitamos crear valor para nuestro cliente. El valor incluye las protecciones de seguridad y privacidad. Cualquier simple error arruinará nuestro negocio global. Así que ponemos esas prioridades muy altas”.
Hay otro punto en su discurso interesante para resaltar: la regulación del sector.
Su idea es que la seguridad no estará garantizada solo por la simple intención. Que sea un buen hombre el que esté a cargo no garantiza nada. Y que ese no tener mala intención igual deja abiertas las puertas a cometer un error. “Entonces, el proceso garantiza que el error sea difícil de cometer y una vez que se cometa el error, se corregirá inmediatamente”, advierte.
Para eso dice que trabajan en estrecha colaboración con el regulador de cada país porque es quien salvaguarda los beneficios de la población local.
“Cuando creamos nuestro proceso de garantía de seguridad, la cooperación con el regulador de todo el mundo es muy importante para nuestro proceso comercial”, dice.
Y entonces lleva la conversación al campo alimentario para hacer el símil de su vital importancia, tal como el de las telecomunicaciones y la relevancia de sus regulaciones.
“Estos desafíos deben ser regulados por estándares, por ley, por regulación, al igual que la seguridad alimentaria. La seguridad alimentaria también es crítica.
Pero ¿por qué no dudamos en la comida o las bebidas que tomamos? Porque existen regulaciones, estándares y procesos operativos maduros. Entonces, la seguridad está garantizada no solo por el buen hombre, sino que está garantizada por la regulación y la ley estándar. Lo mismo que la seguridad del avión, ¿verdad?”.
La geololítica y Huawei
“No seguimos de cerca la situación política porque no somos políticos. No es nuestro negocio. Nuestro negocio es servir bien a nuestro cliente, hacer que nuestro cliente sea feliz”, refuerza.
Su idea es que mientras su cliente esté contento con ellos, su negocio podría continuar. “Por supuesto, nuestro cliente se verá afectado por estas situaciones políticas, pero desde esa perspectiva no podemos ayudar. No estamos en la mesa de la discusión política”, dijo.
En esa idea de que su cliente se podría ver afectado entra el contexto de la situación en Costa Rica, donde están impedidos de participar en los contratos de redes y equipos de telefonía 5G por ser una empresa cuyo país de origen, China, no ha firmado el Convenio de Budapest, que versa sobre lucha contra la ciberdelincuencia.
El representante de la empresa china dice que el trabajo de la compañía está en el laboratorio, en invertir en investigación y desarrollo. “Así que creamos un mejor producto, lo ofrecemos a nuestro cliente y lo hacemos feliz con nuestra tecnología, productos y servicio. De eso se trata todo. Ese es todo el poder que ponemos en ello. No somos políticos. No nos involucramos en estos asuntos políticos”, indica.