La vicepresidenta de Estados Unidos Kamala Harris viajará a Honduras la próxima semana para asistir a la ceremonia de investidura de la presidenta electa Xiomara Castro, la primera mujer en gobernar la nación centroamericana.
El presidente Joe Biden le asignó a Harris la importante tarea de encontrar soluciones a la situación migratoria en la frontera sur de Estados Unidos. Decenas de miles de migrantes hondureños y de otras naciones centroamericanas llegan a la frontera cada mes en busca de una vida mejor.
Las autoridades fronterizas de Estados Unidos hicieron más de 1,7 millones de detenciones migratorias durante el año fiscal que concluyó el 30 de septiembre, comparadas con 458.088 detenciones reportadas durante el periodo fiscal anterior, cuando se presentó la pandemia del coronavirus.
Harris encabezará a una delegación estadounidense que incluye representantes en materia de economía, desarrollo internacional y asuntos globales.
La visita es un esfuerzo por estrechar la alianza entre Estados Unidos y Honduras, y para trabajar de manera conjunta para promover el crecimiento económico, el combate a la corrupción y atender las causas de origen de la migración, dijo la subsecretaria de prensa de Harris, Sabrina Singh, en un comunicado.
Castro, la candidata de un partido de izquierda, superó al aspirante del partido gobernante en los comicios de noviembre pasado y asumirá el cargo el 27 de enero. Anteriormente fue primera dama del país, hasta que su esposo José Manuel Zelaya fue derrocado por un golpe de Estado en 2009.
Su llegada a la presidencia es la culminación de una oleada de descontento popular luego de 12 años de gobierno del Partido Nacional, el cual tuvo su punto más alto durante el segundo mandato del expresidente Juan Orlando Hernández.
Sin embargo, aún existen ciertas tensiones sobre el derrocamiento de Zelaya y lo que los hondureños percibieron como condescendencia de Estados Unidos hacia el Partido Nacional y la lentitud por calificar la salida del exmandatario como un golpe.
Pero existe cierto terreno en común entre Castro y el gobierno estadounidense, al menos en tres aspectos importantes: inmigración, narcotráfico y corrupción. Y a medida que las tensiones aumentan con otras naciones centroamericanas, una relación productiva con Honduras podría ser de particular utilizad diplomática.