Exjefes del Pentágono expresaron ayer martes su preocupación por el riesgo de deterioro de las relaciones entre civiles y militares en Estados Unidos.
“Estamos en un clima civil-militar extremadamente complejo”, advirtieron en una carta abierta ocho exministros de Defensa y cinco exjefes de Estado Mayor antes de enumerar 16 principios que deben guiar las relaciones entre militares y población civil.
“Políticamente, los militares profesionales enfrentan un ambiente extremadamente adverso caraterizado por las divisiones de una polarización que culminó en la primera elección en más de un siglo cuando la pacífica transferencia del poder político fue perturbada y puesta en duda”, dijeron.
“Todos estos factores corren el riesgo de agravarse antes de que las cosas se calmen”, advierten los exsecretarios de Defensa, entre los que se encuentran el republicano Bob Gates o el demócrata Leon Panetta, así como dos de Donald Trump, Jim Mattis y Mark Esper, destituidos por haberse opuesto al expresidente republicano.
Trump fue acusado de politizar al ejército estadounidense al desplegar soldados en la frontera mexicana para ayudar a detener a los migrantes que trataban de entrar ilegalmente a Estados Unidos. Pero también recurrió a los militares para operaciones de mantenimiento del orden durante las manifestaciones antirracistas de 2020. En una de esas ocasiones fue dispersada de manera violenta una manifestación cerca de la Casa Blanca para que Trump se pudiera fotografiar con una biblia en la mano frente a una iglesia. El jefe de Estado Mayor, general Mark Milley, fue filmado en uniforme detrás de Trump, lo que lamentó públicamente unos días más tarde. Por su parte el presidente Joe Biden fue criticado por el retiro caótico de Afganistán el año pasado, que dejó un sabor amargo para muchos militares, y más recientemente por haber pronunciado un discurso muy crítico hacia su antecesor con dos Marines a su lado.