Al menos 40 muertos y 28 heridos dejó un incendio en un centro de detención de migrantes en la mexicana Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, informó este martes el gobierno de México, que atribuyó el fuego a personas que protestaban contra su deportación.
El siniestro se desató la noche del lunes en las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) de esta ciudad del estado de Chihuahua, ocupadas por decenas de hombres mayores de edad provenientes de Centroamérica y Sudamérica.
«Esto tuvo que ver con una protesta que ellos iniciaron, a partir, suponemos, de que se enteraron de que iban a ser deportados», dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia diaria.
«Como protesta, en la puerta del albergue pusieron colchonetas y les prendieron fuego, y no imaginaron que esto iba a causar esta terrible desgracia», agregó, al confirmar el número de muertes.
Imágenes de videovigilancia difundidas por medios mexicanos muestran cómo un grupo de personas, aparentemente migrantes, patean una reja tratando de abrirla mientras el fuego se propaga en el sitio donde están encerrados.
En simultáneo, al menos tres agentes de migración uniformados circulan del otro lado de la reja sin hacer ninguna maniobra visible para auxiliarlos. Luego, el humo invade el lugar.
La veracidad del video fue confirmada por el secretario de Gobernación (Interior), Adán López, en entrevista con una emisora local.
Víctimas de seis nacionalidades
El gobierno de Guatemala confirmó la muerte de 28 de sus nacionales y dijo que el gobierno trabajará para castigar a los responsables y reparar a los familiares.
La cancillería ecuatoriana también reportó la muerte de uno de sus ciudadanos.
En México, la Fiscalía General reportó que entre «los migrantes identificados» hay además 13 hondureños, 12 venezolanos, 12 salvadoreños y un colombiano, sin diferenciar entre muertos y lesionados.
Los heridos, algunos graves, fueron trasladados a cuatro hospitales, según las autoridades, mientras el INM coordina con funcionarios consulares para identificar a los fallecidos.
La tragedia generó múltiples expresiones de pesar. El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, pidió una «investigación exhaustiva», dijo su portavoz Stephane Dujarric.
En tanto, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, lo consideró «un recordatorio de los riesgos de la migración irregular» y de la urgencia de reparar un «sistema migratorio quebrado», según un comunicado.
«No te dicen nada»
El fuego se inició en la zona donde son albergados los extranjeros sin papeles.
Una periodista de la AFP observó el momento en que socorristas sacaban los cadáveres para ponerlos en la zona del estacionamiento del recinto antes de ser retirados por personal forense.
Aferrada a una ambulancia, una venezolana que se identificó como Viangly llamaba a gritos a su esposo de 27 años, quien según ella fue detenido pese a tener los documentos para permanecer en México.
«Se lo llevaron en una ambulancia. Ellos (oficiales migratorios) no te dicen nada, se te puede morir un familiar y no te dicen ‘está muerto'», contó alterada minutos después.
El incendio en este centro, localizado cerca de la frontera estadounidense, movilizó a bomberos y a decenas de ambulancias. Hechos similares se registraron en los últimos años en este tipo de instalaciones, aunque sin la magnitud del de Ciudad Juárez.
El «deterioro» de las condiciones en estaciones migratorias fronterizas los somete a «peligros innecesarios», advirtió este martes en Twitter la oenegé Comité Internacional de Rescate.
Numerosos migrantes fueron trasladados a la estación de Ciudad Juárez en días recientes luego de que las autoridades locales retiraran de la zona a vendedores ambulantes, muchos de ellos extranjeros.
«Lo que sucedió en las calles no tiene ninguna relación con lo que pasó ahí», declaró a periodistas el alcalde de la urbe, Cruz Pérez Cuéllar, al negar que hubieran lanzado «redadas» antes de la catástrofe.
El lugar de la tragedia permanecía custodiado este martes por militares y guardias nacionales.
Ciudad Juárez, vecina de El Paso, Texas, es una de las localidades fronterizas donde permanecen varados numerosos migrantes que buscan cruzar a Estados Unidos para pedir refugio.
Hartos de esperar, cientos de ellos, la mayoría venezolanos, intentaron infructuosamente cruzar en estampida por un puente internacional el pasado 13 de marzo.
Un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señala que desde 2014 unas 4.400 personas han muerto o desaparecido en la frontera entre México y Estados Unidos, de 3.180 km.
El presidente estadounidense, Joe Biden, endureció la política migratoria, obligando a los migrantes de Ucrania, Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití a pedir asilo desde los países por los que transitan o a gestionar citas en línea.
Estas medidas se anuncian cuando el mandatario demócrata es acusado por la oposición republicana de haber perdido el control de la frontera, con más de 4,5 millones de personas sin papeles interceptadas en esa región desde que asumió el cargo.