Los Jesuitas en la frontera de la provincia Dajabón y Ouanaminthe, en Haití, hicieron un llamado a los líderes de ambas naciones para que se respete el Tratado de Paz de 1929.
Además, realizaron una advertencia sobre las concesiones de una empresa minera canadiense que amenaza el mismo lugar donde nacen el río Massacre o Dababón y otros binacionales.
Mediante una declaración conjunta, difundida a través de los medios de comunicación, los Jesuitas manifestaron, en primer lugar, que el Tratado de Paz de 1929 estableció un modo de proceder para solucionar controversias entre las dos naciones soberanas.
“Se le da prioridad al diálogo diplomático y, en caso de que esto no diera resultado, los países se comprometen a acudir al arbitraje internacional”, externaron los integrantes de la Compañía de Jesús de ambos lados.
Llamaron a que sea “respetado”, para evitar “el peligroso camino de la confrontación entre ambos pueblos”.
En la misma declaración, la orden religiosa católica pidió no dejar que los sentimientos nacionalistas “distraigan” de una “amenaza” mayor que está al acecho.
Se trata de los permisos otorgados a una empresa minera canadiense para explotar una mina de oro en el mismo lugar donde nacen el río Masacre y otros ríos binacionales.
“El modelo extractivista de la minería conduciría a la contaminación del agua que todos necesitamos para vivir, además de otros daños para la población campesina”, advirtieron los miembros de la compañía de Jesús.
Los Jesuitas de ambas naciones invitaron a las autoridades a pensar en los pobladores “que saben vivir en paz y armonía para beneficio mutuo”.