La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, endureció su discurso frente a Donald Trump y sostuvo que si el republicano Donald Trump vuelve a la Casa Blanca para un nuevo mandato impulsará retrocesos en materia de derechos reproductivos.
«Quiere regresar Estados Unidos a 1800», dijo Harris en un mitin en Tucson (Arizona), parte de su campaña junto al mandatario demócrata Joe Biden de cara a las presidenciales de noviembre.
Harris llegó a Tucson este viernes para sacudir la campaña electoral a tres días de que la Corte Suprema del estado restableciera una ley de 1864 que penaliza el acceso al aborto.
El tema se convirtió en el centro de la campaña en Arizona, uno de los estados que por ser variables en intención política promete ser escenario de guerra entre ambos partidos.
«Apenas esta semana, aquí en Arizona retrocedieron el reloj a 1800 para quitarle a cada mujer uno de los derechos más fundamentales: el derecho de decidir sobre su propio cuerpo», comentó.
«Así luce un segundo período de Trump: más prohibiciones, más sufrimiento y menos libertad», enumeró Harris.
La ley de 1864 restablecida en Arizona prohíbe el aborto casi por completo, permitiendo el procedimiento únicamente cuando es necesario para salvar la vida de la madre, y establece penas de cárcel de entre dos a cinco años a quienes lo practiquen.
El fallo echa por tierra la legalización vigente que permitía la interrupción del embarazo en el estado hasta las 15 semanas de gestación.
«Esta decisión de la Corte Suprema del estado de Arizona ahora significa que las mujeres aquí viven bajo una de las prohibiciones contra el aborto más extremas de nuestra nación», dijo Harris.
«Sin excepciones para violación o incesto. Penas de cárcel para doctores y enfermeras. El aborto ilegalizado antes de que las mujeres siquiera sepan que están embarazadas», agregó.
«NO SE OLVIDEN»
Trump se vanaglorió el lunes en un video de haber cambiado la correlación de fuerzas en la Corte Suprema de Estados Unidos, que en 2022 revirtió el acceso al aborto a nivel federal, sentando las bases para que los estados legislaran sobre el tema.
Sin embargo, con la mayoría de los estadounidenses a favor del derecho, y luego de que algunos de sus candidatos contrarios al aborto perdieran las elecciones de mitad de mandato en 2022, el republicano enhebra el asunto con cuidado.
Este viernes, aunque volvió a presumir de su peso en el máximo tribunal del país, instó a Arizona a cambiar la ley de 1864, que incluso precede a la consagración del estado.
«El gobernador y el legislativo de Arizona deben usar el corazón, sentido común, y actuar de inmediato, para remediar lo que ocurrió», escribió en su página web.
«Recuerden, ahora depende de los Estados y de la Buena Voluntad de aquellos que representan al pueblo. Idealmente debemos tener las tres Excepciones por Violación, Incesto y Vida de la Madre», prosiguió.
Trump evita manifestarse sobre el plazo de tiempo que considera aceptable para el procedimiento, entrampado entre su base más religiosa y aquella que no objeta el derecho.
El fallo en Arizona sacudió la escena política de este estado clave.
En 2020, Biden venció por apenas unos 10,000 votos a Trump en Arizona, lo que dio pie para teorías conspirativas en un lugar donde ambas fuerzas se disputan electores.
Los demócratas no perdieron tiempo para tratar de capitalizar el descontento tras el fallo de la Corte Suprema, criticado incluso por seguidores de Trump en las redes sociales.
«Durante su campaña en 2016, Donald Trump dijo que las mujeres deberían ser castigadas por buscar un aborto. No se olviden de eso», machacó Harris.