Se instaló una “Estrella” en un nuevo cielo.
El pasado domingo, once deportistas cambiaron el mote común de “ex atletas” o “entrenadores” y ahora lo llamarán inmortales.
La mayoría de los exaltados coinciden que, desde su entrada al deporte soñaron con vestir la toga verde del Pabellón de la Fama delante de los mejores. Sin embargo, la Estrella de la tarde, Víctor, fue la excepción en la regla.
Víctor Estrella no soñó con el tenis. Incluso, no le gustaban los deportes. Gracias a una “rabieta” sus padres lo enviaron de recoge pelotas al Club La Española, y desde ahí comenzó su historia.
“Lo que comenzó como un castigo terminó transformándose en una pasión que cambiaría mi vida para siempre. Recibir este honor me hace reflexionar que los momentos inesperados pueden abrir las puertas a mayores oportunidades”, dijo Estrella con voz entrecortada durante su discurso en el ceremonial 58 del Pabellón de la Fama la tarde de ayer.
Con lágrimas en sus ojos, Víctor Estrella agradeció la labor de sus padres, sosteniendo que su madre, Antonia Burgos, “es la verdadera inmortal”.
“Gracias por encaminarnos en el camino del bien e inculcarnos valores humanos”, continúo diciendo Víctor a Doña Tona, como popularmente se le conoce a la madre del tenista.
Algunos méritos
En el 2015, Estrella ocupó el puesto 43 del ranking ATP.
Ganó siete medallas centroamericanas, entre ellas tres de oro (2010-2014-2018), dos de plata 2002 y 2006; dos de bronce en Cartagena 2006, en individual y mixto.
También logró bronce panamericano.
Los mejores años de Víctor fueron luego de los 30. Alcanzó su mejor momento cuando tenía 34 años, formando parte del top 50.
Además de Estrella consigue la excelencia deportiva por su grandiosidad como selección nacional de tenis de campo, lo mismo que Díaz en boxeo, Villanueva en karate, Ramírez en baloncesto, Cruz como voleibolista, Santana en levantamiento de pesas, Castillo en softbol y como los representantes del béisbol profesional, Dotel y Hernández.
Entre las personalidades presentes destacaron además Kelvin Cruz, ministro de Deportes; Américo Celado, presidente de la Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo; Luis Mejía, presidente de Centro Caribe Sport; Juan Francisco Puello Herrera, quien preside la Confederación de Béisbol del Caribe.
Mijaín, el atractivo del ceremonial
La versión 58 del Pabellón de la Fama tuvo entre sus atractivos la presencia de Mijaín López, en calidad de invitado especial.
El cubano es considerado el más grande atleta olímpico de la historia en la disciplina de lucha grecorromana y una de las más grandes leyendas de todos los tiempos. Es el máximo ganador de medallas de oro en su deporte en los Juegos Olímpicos, con cinco preseas en igual cantidad de versiones consecutivas.
También ganó la medalla de oro sucesivamente en cinco ediciones de los Juegos Panamericanos y en los Centroamericanos y del Caribe, así como cinco títulos mundiales y tres subcampeonatos, tanto en 120 como en 130 kilogramos.
López fue reconocido por su exitosa carrera deportiva. Recibió una placa de parte de los directivos del Comité Permanente del Pabellón de la Fama.
“Agradezco la distinción que le hacen a un atleta que representó con valentía y entrega a mi deporte, a mi país y a toda nuestra comunidad latina”, expresó Mijaín.
Dijo que valoraba estar y ser reconocido en el país donde inició su carrera al estrellato, en referencia a que en los Panamericanos de Santo Domingo 2003 ganó su primera de cinco medallas en la cita continental.