Hace ya mucho tiempo y estando tratando con el amigo Pelegrín Castillo, varios temas, uno de ellos fue la situación de Barahona. Pelegrín me dijo algo que era una verdad casi absoluta.
“Barahona se quedó atrás debido a que su burguesía se fue de Barahona en la década del sesenta.” Cuando Pelegrín me dijo eso, nuestras mentes se trasladaron a recuerdos de niñez. Yo cuando vivía en esa provincia y Pelegrín que de vez en cuando iba a visitar a sus familiares, los Melgen.
Recordamos ese pasado y lo pujante que era Barahona.
En ese entonces la mayor empresa era el Ingenio Barahona manejado por americanos y el cual producía unas 100,000 toneladas anuales de azúcar. El ingenio poseía otros negocios colaterales como factorías de procesamiento para la exportación de café, almacén de provisiones y fincas de ganadería. El Estado explotaba la sal, el yeso, un hotel y el algodón en Oviedo. Mientras que en Pedernales la Alcoa exportaba la bauxita y la piedra caliza. En Barahona existían grandes fincas de plátano y otras que producían y exportaban el café, los guineos y maderas preciosas. Esas actividades productivas a su vez daban vida en el sector privado a diversas oficinas de profesionales y pequeños negocios. Existía también un aeropuerto local con vuelos diarios a Santo Domingo y Pedernales.
Era un pueblo con vida social y actividad económica, teniendo tres cines y varios centros sociales. En el ingenio había un campo de golf de nueve hoyos, canchas de tenis, un hospital y un country club. Terminando la década de los cincuentas se vendió el ingenio con todas sus propiedades y se fueron los americanos. Pero también comenzó una gradual salida de importantes familias criollas tanto del ingenio como del pueblo hacia la capital y el extranjero.
Décadas han transcurrido desde que Barahona perdió su pujante y progresista burguesía. Es una región rica en sus recursos naturales pero pobre en los recursos humanos. Debido a ese desbalance, se necesita lo que Albert Hirschman sugirió como un empuje para estimular el desarrollo de esa región. El gobierno tuvo esa intención pero lo ha hecho en forma equivocada.
Amplio el puerto y dio concesiones de explotación a una empresa minera, la cual está destruyendo un valioso recurso natural como la sierra de Barahona y a la vez los embargues por ese puerto han ensuciado y contaminado a la ciudad. Las quejas de las fuerzas vivas se han generado. Y Barahona dice “Fuera la Minera”. El gobierno en lugar de estimular a la población la ha desestimulado. La realidad es que las concesiones mineras y portuarias otorgadas a unos extranjeros, están destruyendo a la sierra de Bahoruco, lo que amenaza las reservas de agua de la región y su biodiversidad. Desde Trujillo al presente, nuestros Presidentes han estado conscientes de que esa sierra es intocable y de que el puerto de Barahona tenía que ser convertido para fines turísticos y no para carga a granel como las de sal, yeso, piedra caliza y ahora carbonato de calcio. Quienes mal asesoraron al Presidente Abinader de ampliar ese puerto para exportar carbonato de calcio, cometieron un grave error. Es por ello que se debe anular la concesión de explotación minera en la sierra del Bahoruco y los embargues desde el Puerto de Barahona. Esas concesiones podrían ser autorizadas en otros lugares que tienen ese mismo mineral y que ya han sido identificadas. A la vez se puede construir un espigón para esas exportaciones y el cual podría ser localizado entre puerto Alejandro y la desembocadura del rio Yaqué.
En este gobierno ha surgido un interés loable para desarrollar turísticamente a Pedernales. Pero desde su mismo inicio han cometido errores, pues lo que están haciendo es dirigido a un turismo de masas y ese esquema no es el mejor para Pedernales. Los problemas ya han comenzado a aflorar con la posible construcción de un puerto para cruceros en Cabo Rojo, Las autoridades no han comprendido que no es conveniente construir un puerto donde se hará daño a los arrecifes y que causará daños ambientales. Esto ocurre aun conociendo que existen otros lugares aptos para ese muelle. Con esta actitud no se quiere reconocer que estamos en tiempos diferentes en que el desarrollo económico y social de los pueblos requiere de nuevos esquemas y estrategias y en los cuales se exige que temas como estos tengan que ser debatidos. El turismo y la minería pueden coexistir pero hay que saber cómo hacerlo. El presidente Abinader es un hombre honesto y conocedor de estas cosas, pero en este caso, quizás la prisa o el mal asesoramiento lo han llevado a un camino erróneo en el futuro desarrollo tanto de pedernales como de Barahona.
La sostenibilidad de nuestra democracia y la gobernabilidad política necesita que identifiquemos estos hechos que hacen erosionar y ponen en peligro nuestra democracia y bienestar. Teniendo en cuenta lo que allí ocurre y queriendo ayudar a que el gobierno tome el camino correcto, nos permitimos hacer algunas recomendaciones que viabilicen el desarrollo turístico de la región y permita un rápido despegue del polo Barahona-Pedernales.
Algunas de las acciones a realizar serían las siguientes:
• Convertir la Avenida Enriquillo en un boulevard costero, partiendo desde el ingenio azucarero hasta el inicio de la carretera Barahona-Pedernales. Existe un diseño de esto.
• Hacer un área recreativa y de zona verde en los terrenos donde antiguamente se encontraba una parte del campo de golf del ingenio Barahona o quizás en la zona del Rio Caño y el Estero
• Desviación y saneamiento cañada Río Biran.
• Terminación de la planta de tratamiento de aguas negras en Barahona.
• Sanear y acondicionar con fines turísticos el área playera frente a la ciudad. Es decir, el tramo desde el Cayo en el ingenio hasta Palito Seco. Existen diseños de esto.
• Limpiar, acondicionar y reglamentar las construcciones de las áreas de playa en Los Quemaitos, Los Patos, San Rafael, Paraíso y Enriquillo.
• Habilitación de la Marina ubicada en el Cayo. Esta fue diseñada por el departamento INFRATUR en el Banco Central en los trabajos sobre el polo turístico de Barahona en el 1985-86.
• Ejecutar la reglamentación del litoral de la costa y las áreas playeras desde Pedernales hasta Barahona. La belleza de ese litoral debe ser preservado e impedir construcciones.
• Terminar la repavimentación de la autopista 6 de noviembre que conecta la capital con San Cristóbal.
• Terminar las circunvalaciones de Baní y Azua.
• Terminar los tramos que se realizan en la carretera Barahona-Pedernales.
Estas son obras que beneficiaran al suroeste y coadyuvaran a que el desarrollo turístico llegue a ser una realidad en esa región.