La inseguridad provocada por los recurrentes enfrentamientos de bandas en disputas por puntos de droga se ha convertido en la principal preocupación de los moradores del municipio Rancho Arriba, en la provincia San José de Ocoa, donde el pasado sábado cuatro jóvenes perdieron la vida por vínculos al narcotráfico.
Los moradores de Arroyo Cañas, sector Gualey, lugar donde ocurrió el hecho, se mostraban sorprendidos con la noticia y muy temerosos a la hora de ofrecer alguna declaración sobre los fenecidos. A pesar de que el enfrentamiento se produjo a tempranas horas de la mañana, algunas personas aseguraron no haber escuchado los múltiples disparos que acabaron con la vida de tres de sus comunitarios.
Sin embargo, una dama cercana a la familia de uno de los abatidos denunció que las recurrentes balaceras se han vuelto el pan de cada día, al momento que deploró que las autoridades no han hecho nada para remediar la situación.
“Eso era tiros y tiros, los policías de aquí de Rancho Arriba sabían de esto y nada de venir”, afirmó la señora.
Asimismo, declaró que en la zona existen otros puntos de venta de sustancias controladas, lo que podría ser una razón de los constantes tiroteos.
Por su parte, la Policía Nacional informó que se encuentra investigando el acontecimiento y que oportunamente se ofrecerán mayores detalles del caso, conforme avance el proceso de investigación.
El vocero de la Policía, coronel Diego Pesqueira, indicó que el dueño de la carnicería, próximo donde fueron encontrados los cadáveres y varios haitianos fueron detenidos para fines de investigación.
Sin embargo, el alcalde de Rancho Arriba, Alcedo de los Santos, denunció que solo cuentan con cinco policías para enfrentar la delincuencia, lo que le ha imposibilitado velar por la paz de la comunidad. “Aquí contamos a penas con cinco policías, que no nos va a permitir nunca tener control de esta situación”, deploró el alcalde.
De los Santos sostuvo que el municipio posee una población de 25,000 personas, tanto haitianos como dominicanos, pero que, al no contar con un cuerpo del orden eficiente, no se puede garantizar la seguridad ciudadana.
Asimismo, explicó que en varias ocasiones ha solicitado ayuda a las autoridades pertinentes para buscar una solución a la problemática, pero su petición no ha sido escuchada. Lamentó que los enfrentamientos por problemas de narcotráfico en la localidad se han salido de control.
“Hemos perdido cuatro jóvenes que lamentablemente solamente la sociedad de Rancho Arriba sabe la situación. Se está permitiendo que la situación se salga de control”, expresó De los Santos.
SUCESO
La mañana del sábado, en Arroyo Cañas, sector Gualey en Rancho Arriba se vistió de luto tras el múltiple homicidio de José Miguel Mordan Villar alias “Alexis”, 35 años; Jefry Concepción Coronado Paredes, de 33; Cesarín Liranzo, de 29, y un cuarto joven identificado como Layham Yei Rijo, alias El Gánster.
Rijo fue identificado por amistades que aseguraron a reporteros de Listín Diario que residía en el municipio de Sabana de la Mar, de Hato Mayor. Personas cercanas a Rijo confirmaron que el joven “no andaba en buenos pasos y subió para Ocoa a hacer una vuelta”.
De acuerdo con el informe de las autoridades, a tempranas horas del sábado varios desconocidos se presentaron a un solar baldío próximo a una casucha, donde opera una carnicería clandestina, allí con armas de fuego emprendieron a tiros contra los hoy fenecidos.
Según versiones, el referido lugar era utilizado por los occisos para operar las ventas de sustancias ilegales. Antigua Villar Paredes, madre de Jefry, narró que su hijo salió de su casa a las 7:00 de la mañana a comprar un desayuno, para sus compañeros; no obstante, la madre nunca imaginó que esa sería la última vez que lo vería con vida.
La Policía investiga
La madre.
“Fue a un negocio a comprar un desayuno, parece que vino a traérselo a alguno de ellos y cuando me llaman ya estaba muerto”, dijo Antigua Villa Paredes.
Inacif.
La dama pidió que se haga justicia por la muerte de su hijo, al momento que denunció negligencia por parte de las autoridades, quienes, según sus palabras, se presentaron a la zona del crimen dos horas después de haber ocurrido el enfrentamiento.
Los cuerpos fueron trasladados en un camión de basura al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), en la provincia de Azua.