Ana Mercedes Betances Liriano, en una gran parte de su vida se dedicó a la costura y a la confección de vestidos de novia y trajes elegantes. Vistió a familias de renombre en la ciudad de Santiago. Los Lama y Piron Estrella son sólo algunas de las que han lucido sus creaciones.
Vestidos elaborados con perlas, grandes colas y telas de seda forman parte de las confecciones que doña Mercedes guarda en su historia. Pero no sólo lo que creaba era hermoso y llamativo. Ella también lucía de punta en blanco. Se arreglaba y maquillaba para iniciar su trabajo en su pequeña máquina de coser. A sus 108 años, aún conserva su gusto por la moda y la belleza. Tanto es así que, mientras se le realizaba esta entrevista, preocupada por su apariencia, acomodaba su ropa y recordaba a su hija el maquillaje y el color de uñas que quería lucir en el día de su cumpleaños.
Narra cómo a pesar del arduo trabajo que tenía en la costura y los muchos encargos, pudo atender a su familia. Aunque contaba con la ayuda de un servicio doméstico, amaba sus responsabilidades hogareñas, preparando siempre el almuerzo de su esposo e hijos.
Doña Mercedes, como se le llama cariñosamente, recuerda con gran emoción el día en que vio a su esposo, quien en ese entonces era su pretendiente, bajo la lluvia, esperando a las afueras de su casa.
Hermosos recuersos
Durante su entrevista, doña Mercedes cuenta que conversaba con su pretendiente desde su galería, mientras él permanecía afuera. De repente, un fuerte aguacero comenzó a caer. Al pedirle él que lo dejara entrar para resguardarse de la lluvia, ella respondió: “Cómo puedo dejar entrar a un hombre que no conozco bien”.
Esa muestra de respeto por parte de doña Mercedes dejó una profunda impresión en su pretendiente, quien desde entonces la consideró una dama de gran dignidad e integridad. Al ver que éste, entendió de inmediato y no intentó insistir en el tema, le hizo comprender a ella que él sería el hombre que le brindaría el respeto que se merece.
Doña Ana Mercedes Liriano Betances, viuda de Tolentino, nació el 24 de septiembre de 1916 en San José de Baitoa, Santiago. Su nombre fue en honor a la Virgen de las Mercedes, ya que su nacimiento coincidió con el día de esta festividad.
A lo largo de su vida, tuvo siete hijos, de los cuales tres fallecieron. Hoy en día, admite que ha perdido la cuenta de sus nietos y bisnietos. A los 25 años, contrajo matrimonio con Jesús María Tolentino, primero por lo civil y más tarde por la iglesia.
A pesar de haber sufrido varios accidentes cerebrovasculares (ACV), doña Mercedes se mantiene en buen estado de salud y con plena lucidez, afectada únicamente por una dificultad auditiva, propia de su avanzada edad.
Doña Mercedes relata que, a su edad, se siente muy feliz y cómoda. El cariño de su familia se refleja en el cuidado y trato que le brindan, mientras que ella agradece a Dios por su vida, su familia y el amor que recibe de ellos.
Desde tempranas horas de la mañana, su hija menor, Thelma Tolentino, junto a una nieta y sus hijas gemelas, se encargaron de preparar la decoración para la celebración de su cumpleaños.