Carolina del Carmen Pichardo Hernández, es su nombre. Detrás de ésto hay una historia. “Soy la más pequeña y única hembra de cuatro hermanos. Mi madre me tuvo a los 40 años, buscando precisamente a una niña. Fue un embarazo de alto riesgo. Nací a los ocho meses, de tres libras. Mi segundo nombre, viene de la virgen del Carmen, mi madre le oró el 16 de julio, el día de la patrona, para que yo sobreviviera al parto, y nací al día siguiente. El otro me lo pusieron porque mi mamá admiraba a la princesa Carolina de Mónaco”. Es un milagro concedido.
Tal vez algunos piensen que no es relevante esta información, pero sí lo es. Así como su madre obtuvo una oración contestada, así ha sido la vida de esta joven periodista. Con esa protección que recibió desde el vientre, ha contado a lo largo de su vida y su carrera. Obstáculos han habido. Retos, desafíos y barreras que han apuntado a dejarla estancada en su natal San Cristóbal, pero nada de eso le ha impedido lograr cuántas metas se ha propuesto en su corta edad.
Una de esas limitantes la vivió en su niñez, pero fue precisamente ésta la que creó la base de los frutos que hoy recoge. “Cuando era niña, casi no salía a jugar con otros amiguitos, era muy tímida y por eso prefería quedarme en casa jugando con muñecas u otros juguetes. Me la pasaba siempre estudiando, leyendo, y coloreando”. Ahí inició una vida entre letras y libros que le ha dado los conocimientos que hoy la hacen brillar dentro y fuera del país.
Nunca aprendió a montar bicicleta, patines ni nada parecido. “Tampoco sé nadar, aunque intentaron enseñarme en varias ocasiones, no tuve el valor de aprender”. No es que le reste importancia a estas cosas necesarias durante la infancia, pero le supo sacar partido, al tiempo que, por su timidez, no dedicó al recreo y al entretenimiento.

Hoy no sólo le satisface el que recientemente fue tomada en cuenta en las nominaciones del Premio Nacional de la Juventud 2025, sino también la presencia que ha tenido su nombre en diarios internacionales, los conocimientos que ha obtenido en universidades de renombre mundial, y las oportunidades que ha aprovechado para capacitarse y a la vez, servir a la sociedad. En estos momentos echa a andar un proyecto sobre medio ambiente.
Experiencias y logros
Aunque ya había tenido un canal de YouTube sobre libros llamado ‘La Esquina Literaria RD’, y colaborado para diferentes ferias del libro como conferencista, maestra de ceremonias o ensayista, la visibilidad de su trayectoria inicia en LISTÍN DIARIO como pasante. Fue en 2017, a través del Programa Periodistas por un Año (PPA) que llegó a este medio.
“Después de finalizar el programa, trabajé en la versión digital del periódico. Tras una breve pausa por estudios fuera del país, regresé como periodista digital, consolidando mi carrera en el medio. A lo largo de ocho años, me desempeñé en el equipo de investigación, logrando importantes reconocimientos en el ámbito nacional e internacional. Tras completar una maestría en Periodismo de Investigación en Londres con la prestigiosa beca Chevening del gobierno del Reino Unido, me convertí en coordinadora de investigaciones en Listín Diario. Desde ese puesto, pude liderar y ejecutar investigaciones de alto impacto social”. Logró destacarse y aportar a diversas áreas de la vida nacional.
Una de esas investigaciones lleva por nombre: ‘La Vuelta por México’, que le valió el Premio de Periodismo Funglode 2024. “Esta serie de reportajes impulsó a la Defensoría del Pueblo a orientar a los jóvenes sobre alternativas de progreso en el país”.

También realizó ‘El jugoso negocio de las visas dominicanas en Haití’, en conjunto con Connectas, una apuesta que provocó la apertura de una investigación en el Senado de la República.
Otra serie importante fue ‘Reinserción social de privados de libertad’, con la que obtuvo el tercer lugar en el Concurso de Comunicación Judicial, del Poder Judicial. Gracias a esta investigación, el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología consideró la creación de becas para reclusos. Esto la satisface.
Son muchos los premios y reconocimientos que ha obtenido Carolina a lo largo de su carrera. Tantos que, es importante resumir para destacar cómo ella, de una familia de escasos recursos, ha podido superarse a tal punto que, en el ámbito internacional, fue la primera dominicana seleccionada para el programa Emerging Media Leaders, financiado por el Departamento de Estado de Estados Unidos.

“Como parte de esta experiencia, trabajé en USA Today, cubriendo la Casa Blanca, el Capitolio y temas de política y migración. Mi investigación sobre migración irregular en la frontera sur de Estados Unidos, fue portada del periódico impreso y se publicó en español y en formato audiovisual. Además, fui la única dominicana en formar parte de la Red de Talentos de The Washington Post”. Demasiados motivos para sentir orgullo de esta periodista que bien representa a la juventud dominicana.
Sus trabajos han salido en BBC. Es la primera pasante dominicana en el programa Chevening-BBC; The Washington Post (siendo la única dominicana desde el mismo país en pertenecer a su red de talentos). También pertenece al Climate Tracker, Global Voices, Connectas, entre otros medios internacionales.

“He ido por mis sueños, pero también he sabido cuándo detenerme”
Carolina Pichardo sueña con vivir en un país donde haya más oportunidades para los jóvenes, donde se valore el talento. “Donde sean los que están preparados quienes acaparen los medios de comunicación, no aquellos que hacen contenido de ocio y antivalores, que lamentablemente se han convertido en modelos a seguir para muchos”.
Por eso se le preguntó: ¿Qué cambiarías y qué preservarías de la juventud de hoy? No dudó en responder con coherencia.
“Somos muchos los jóvenes enfocados y talentosos, no todo está perdido. No veo mal que tengamos tiempo de ocio, pero sí cambiaría cómo a veces usamos las redes para desinformar o manipular a nuestras audiencias, en búsqueda de ser influencers u otros intereses”. No deja de acentuar que también siente que hay mucho contenido superficial en las redes sociales, y que eso no es lo que debería prevalecer.
Sobre lo que preservaría de los jóvenes, Carolina resalta la creatividad, la resiliencia y la libertad de pensamiento. “Ahora tenemos la mente más abierta a cosas que no eran consideradas como buenas en el pasado, como el no tener miedo de hablar sobre la salud mental, y la constante búsqueda del cambio positivo”.

Lo expone con madurez la periodista que ante la pregunta: ¿Si te dieran un superpoder, cuál te gustaría tener?, responde: “Me gustaría evitar que el cambio climático afecte nuestra isla. Que cuando me entere de que viene un huracán o lluvias torrenciales, con una varita mágica pueda hacer desaparecer cualquier daño que pudieran provocar”.
Era de esperarse que contestara algo así. La protagonista de este relato, ama el medio ambiente. “Desde hace tres años, me he sentido motivada a escribir sobre temas medioambientales y climáticos. Comencé con trabajos relacionados con la biodiversidad. Posteriormente, fui galardonada con el mayor premio de periodismo ambiental y fui jurado de éste durante dos años. En 2024, fui seleccionada como becaria de Climate Tracker Caribbean, específicamente para sus programas de transición energética y justicia climática. Durante este tiempo, escribí sobre agricultura y los daños vinculados al cambio climático, entre otros temas”. Experiencia tiene en el área.
Muestra interés en este tema y aprovecha para destacar que es un nicho poco explorado. “Cuando vi la oportunidad de aplicar a una subvención del Centro Internacional para Periodistas, mediante el Departamento de Estado de Estados Unidos, no dudé en hacerlo. Gracias a que anteriormente fui la primera dominicana en ser parte del programa de intercambio Emerging Media Leaders, este organismo me eligió para crear el primer periódico ambiental de República Dominicana, llamado Raíz Climática, del cual soy directora. Me estoy dedicando a la creación de contenido educativo en el país”. Su capacidad y entrega le auguran un gran éxito.
Ser periodista ambiental le ha abierto puertas a un nuevo conocimiento poco explorado en República Dominicana, y actualmente es becaria de la Red de Periodismo Climático de Oxford y del Instituto de Estudio de Periodismo de Reuters, siendo la primera persona de República Dominicana en formar parte de este prestigioso grupo, lo cual también le dará más visibilidad y oportunidades de colaboración internacional.
“Tener un proyecto lo suficientemente sostenible como para tener la libertad de manejar mi tiempo sin la necesidad de estar en un espacio físico específico. Es importante que, como periodistas que trabajamos tanto, también tengamos la flexibilidad de disfrutar tiempo con nuestros seres queridos o a solas, y no sólo dedicarlo a las redacciones, que a veces llegan a ser desgastantes debido a la carga de trabajo y la responsabilidad”. Esto lo respondió cuando se le cuestionó sobre lo que anhela en el futuro.
¿Cómo es ahora la joven inquieta que no deja de innovar?
“La Carolina del presente es más segura, estratégica, visionaria y consciente de lo que quiere hacer. Soy una joven enfocada que siempre busca oportunidades de crecimiento, tal como me enseñó mi padre, quien también se sacrificó mucho para estudiar. Él siempre decía que lo único que podía heredarme eran los estudios, y me tomé esa enseñanza muy en serio. Por eso, trato de hacer cosas que enorgullezcan a mis padres y, en el futuro, a mis hijos”. Está clara en lo que quiere.

Sin embargo, “también he aprendido a detenerme un poco, porque en la búsqueda constante de crecimiento es importante priorizar nuestra salud y disfrutar del proceso. Al final del día, no es una competencia, ni conmigo misma, ni con nadie más”. Ha crecido emocionalmente y eso le da seguridad en sus proyectos.
¿Qué le quitarías y qué le pondrías a cada una de tus versiones? La respuesta es esta: “A la pequeña le quitaría la timidez, la ansiedad y el estrés por la perfección, así como la inseguridad y la baja autoestima que tenía. A la de antes le diría que disfrute más su juventud, que saque tiempo para estudiar, pero también para vivir experiencias propias de esa etapa. A la de ahora le pediría que disfrute más del proceso”. Eso sí, aclara que en todas sus etapas, Carolina nunca ha tratado de encajar para complacer a otros.
“Siempre he sido una fiel creyente en mis valores. Ahora soy más celosa con mi privacidad y mi vida personal. Tengo a mi lado un grupo reducido, pero preciado. Eso es parte de crecer, y estoy orgullosa de ambas versiones”. Lo habla abiertamente la periodista que, entre letras y libros, se ha superado.