“Hola, Marta. Mi nombre es Arismendy Duarte. Me gustaría contar mi historia para inspirar a otros jóvenes. Quiero que sepan, que sí se puede”. A seguidas dejó saber que el contacto se lo facilitó un amigo también interesado en que en él se vea a un ejemplo a seguir.
Todo lo que aporte al logro de una juventud más entregada, comprometida y competente es tema para este tipo de relatos. La cita quedó pautada y, con mucho gusto, aceptó el día y la hora. Puntual estaba en la Recepción. Un joven educado y muy bien vestido con una fina chaqueta rosa, esperaba para ser entrevistado.
El inicio de la conversación que, estuvo centrado en sus orígenes, distó mucho del joven que estaba sentado al frente vestido de punta en blanco. “Yo vengo de Pimentel, de una familia humilde. Realmente, no pasé hambre, pero sí teníamos muchas necesidades. Yo estaba súper claro de nuestra realidad, pero también estaba consciente de que la única forma de superarme era estudiando”. En eso se enfocó hasta convertirse en el cuarto mejor estudiante del país.

En su pueblo natal, no sólo se preocupó por sus deberes escolares. También se convirtió en un líder juvenil que tenía a cargo 30 grupos y 600 jóvenes. “Yo estaba en la iglesia, hacía muchas cosas a la vez para poder salir adelante y que otros también lo hicieran”. Se ha quedado con ese deseo de solidarizarse con los demás. La muestra es que, hoy, siendo dueño de su propia empresa, les ha abierto las puertas a muchachas y muchachos que buscan superarse.
A fuerza de perseverancia
Cuando era un adolescente decía que quería convertirse en un ministro de turismo. La razón, per se, no la sabe. “Pero me gustaba esa área, al punto que, cuando entré a la universidad, me fui por la carrera de Hotelería”. La estudió en el Nordeste.

Se pudo observar que Aresmendy no es de quedarse estancado y mucho menos de rendirse. Con esa hambre de conocimiento y superación, dejó atrás las carencias y buscó la forma del salir del país. “Me fui a España, Salamanca, a estudiar Negocios Internacionales. Antes de terminar, me ofrecieron una beca para otra maestría. La aproveché y la hice en Comunicación y Redes Sociales”. Cursaba las dos al mismo tiempo. No tenía tiempo para ni para “respirar”, pero sus ganas de echar hacia delante le ganaban a ese sacrificio.
El dueño de esta historia duró cuatro años en España capacitándose. Pasó las mil y uno lejos de su familia y su país, aunque cerca de lograr sus metas. Ya con un portafolio repleto de logros, conocimientos y novedades llega “triunfante” a República Dominicana. “Creí que con la preparación que había traído desde allá, iba podía conseguir un buen puesto, un buen trabajo. No fue así, esa alegría, ese entusiasmo que me acompañaban se fueron convirtiendo en depresión”. Al tocar este tema, sus ojos brillaron al punto de terminar en lágrimas.

¿Y qué hiciste para ponerle el frente a tu nueva realidad? Se le hizo esta pregunta para evitar la tristeza en ese rostro que minutos antes había llegado tan alegre a este diario. “Bueno, debo decirte que para poder conseguir trabajo tuve que minimizar mi currículum. Me vi obligado a quitar esa preparación que había traído. Recuerdo que después conseguí trabajar con un proyecto de Constanza, y les agradezco a ellos que me dieron la oportunidad, no sólo de laborar, sino de aprender y poner en práctica lo estudiado”. Esa fue la puerta que le abrió muchas otras oportunidades.
Siguió ampliando su experiencia laboral hasta que decidió tener su propio negocio. Hoy es el dueño de AD Management y, además, cuenta con Marketnet, un proyecto para emprendedores. Más de 40 jóvenes trabajan en su empresa, donde el centro de todo es el Señor. Porque, aunque no tiene el mismo tiempo de antes para entregarse a la iglesia, su fe nunca se ha visto vulnerada. De hecho, continúa siendo un siervo agradecido y fiel al Todopoderoso.
“Todavía consulto con mis padres cuando tengo un nuevo proyecto”
“No te imaginas lo que es venir de la nada y, con esfuerzo, dedicación, y mucho estudio, tú salir a flote de manera honesta como me enseñaron mis padres. Eso me llena de orgullo y de satisfacción. A veces voy al campo y los vecinos me lo dicen, que he seguido igual al muchacho que trabajaba con los jóvenes de la comunidad”. Arismendy Duarte no escatima esfuerzo cuando se trata de ayudar a alguien en aquel pueblito que lo vio nacer o donde se le necesite y pueda aportar.
Su altruismo lo ha llevado a su negocio, donde también ha “contagiado” a la gente de su equipo. “Realizamos actividades de responsabilidad social, vamos asilos de ancianos, de niños con discapacidad o condiciones especiales y contribuimos en lo que esté a nuestro alcance y se necesite”. Esa es la misión paralela que tiene, pues dentro de la misma empresa también se preocupa por apoyar a quien necesite de su ayuda.
Ese don de gente, su preparación y su éxito le han permitido ser nominado dos veces consecutivas al Premio Nacional de la Juventud, quedando entre los tres con mayores posibilidades. Este ha sido un motivo más para que continúe haciendo las cosas bien. Es lo que le ha dado resultado y la muestra es que, en el pasado mes de febrero, “cumplimos 10 años como empresa”. Es agradecido.
“Sostener el crecimiento, cuesta”
La vida no se trata de esforzarte para alcanzar las metas trazadas. “Lo grande es tú mantenerte y seguir desarrollándote, porque de verdad, sostener el crecimiento, cuesta. Son muchas las cosas que involucra y, una de ellas es la salud mental, y yo he aprendido a trabajar por ella. Ya cuando algo no me está dando paz, trato de buscar la forma de dejarlo. Me gusta estar en óptimas condiciones para dar un buen servicio a mis clientes”. Aunque él junto a su equipo de cerca de 40 jóvenes manejan alrededor de 70 marcas, para ellos lo que más importa es estar sanos física y mentalmente.
“Te puedo decir que para lograr esto, tenemos a Jesús como centro de todo, y después un equipo de profesionales que incluye psicólogos para estar bien nosotros y dispensar, también, atenciones sanas a quienes confían en nuestro trabajo. Tú ves que oramos y, que con frecuencia hacemos un grupo de oración ya dedicándole más tiempo a la fe”. Ahí ha estado fundamentado el éxito del dueño de esta historia.
Otro punto a favor que ha llevado a Arismendy a estar enfocado en lo que quiere y busca, es que jamás ha tenido vicio. “Nunca me ha llamado la atención la bebida, siento que hay muchas formas de disfrutar la vida, que no es precisamente cayendo en excesos”. Sus palabras son claras y convencen.
Su diversión, cuando vivía en Pimentel, era asistir a festividades y ser maestro de ceremonia de las actividades comunitarias que se hacían, de concursos o desfiles. Con este tipo de acciones contagió a su hermana Mayelín y ambos hacían la pareja perfecta para conducir esas jornadas de entretenimiento.
Una anécdota que no olvida quien hoy ya tiene 36 años, es: “Recuerdo una vez que mi papá y mi mamá, como no estaban invitados a un cumpleaños en el que mi hermana y yo éramos maestros de ceremonia, se pararon afuera del lugar donde se estaba celebrando para escucharnos. Creíamos que nos la estábamos comiendo, pero cuando llegamos a la casa, nos corrigieron muchísimas cosas”. Se ríe y atesora ese recuerdo.
Tus padres son muy importantes en tu vida, ¿cierto? No pierde tiempo en responder. “Ellos son todo en mi vida. Aunque no sepan sobre lo que hago, todos mis proyectos los consulto con ellos. Son demasiado importante para mí. Tanto es así que, la alegría más grande la sentí el día que pude viajar en avión con mis padres. Yo no podía creer que eso estaba siendo posible, sabiendo yo, de dónde venimos”. Pone las manos en señal de oración y agradecimiento.
Arismendy Duarte
“Si tuviera que cambiarle algo al mundo, sin dudarlo, sería que no haya tanta pobreza, que no haya gente viviendo en condiciones difíciles”. Eso lo dice Arismendy Duarte, el joven que luchó para superarse y que hoy cuenta con más de 40 diplomas que testifican que, con los estudios y fuerza de voluntad, sí se puede.