Jade Hasbún comenzó a tocar el violín desde que tenía 5 años de edad. A pesar de lo riguroso que puede llegar a ser este entrenamiento y la disciplina que conlleva, la joven ya de 18 años comentó que continuamente lo tomó de forma que fuera llevadera con su proceso de crecimiento y que aprendió a encontrar un equilibrio entre su práctica y su cotidianidad escolar.
“Siento que mis padres y mis profesores que me han ayudado a lo largo de todo el proceso siempre han tratado de que mi niñez y esta carrera, que empezó muy temprano, fueran a la par y que realmente no fuese algo que me me hiciera sentir como una carga, sino que yo también pudiera disfrutarlo y divertirme mientras lo hacía”, expresó.
Para ella, el mayor reto ha sido la constancia que se necesita en la práctica para poder dominar el instrumento. Sin embargo, comentó que parte de su crecimiento ha sido concientizarse de esa responsabilidad.
Con ese nivel de formación, ya tiene su primer gran reto: su recital como solista de violín denominado “Jade, alma y cuerdas”, el próximo 7 de julio de 2025, en la Sala Máximo Avilés Blonda de Bellas Artes.
“Va a ser un recital aproximadamente de una hora y media. Voy a estar acompañada de Irving Paniagua, pianista. Y también una pequeña orquesta de cuerdas de compañeros míos del conservatorio”, dijo Jade, quién comentó también encontrarse muy emocionada y a la espera de ese día.
No es por casualidad que Jade ha logrado encontrarse preparando un recital en el escenario de Bellas Artes y la joven considera que para poder estar donde está ahora la han ayudado, además de su experiencia y disciplina, su actitud y su familia.
“Yo creo que el ser una buena persona siempre abre muchas puertas y ayudar a otros también. Y a lo largo de los años mis padres siempre han sido promotores de hacer las cosas bien. Son muy prestos para ayudar a otros en lo que necesiten y realmente esos frutos se ven”, dijo Jade.
Según contó, “Yo soy María”, de Astor Piazzolla, es la canción que más siente que la representa y se ha convertido en una obra de carácter personal para la artista.
Desde que Jade escuchó esta pieza, supo que quería interpretarla en un escenario y finalmente cumplirá este deseo en su recital, donde su violín le dará vida a esta canción, junto a muchas otras de su repertorio.

SUS PASOS MUSICALES
Como alumna del Conservatorio Nacional de Música, destacó la labor de sus profesores tanto nacionales e internacionales, como Shannon Thomas, Paul Kantor y Timothy Kantor de la Fundación Por la Música, quienes la han encaminado en su aprendizaje y en su forma de interiorizar sus prácticas.
Jade considera que el ejercicio de tocar un instrumento “no es solamente un ejercicio físico, sino también uno mental” y es importante para cada músico aprender a ser autocrítico y detectar sus propias correcciones.
La joven también habló sobre la dominicana Aysha Syed, con quien tuvo la oportunidad de cursar un Masterclass por parte de su fundación Music For Life y quien se ha convertido en un ejemplo a seguir para ella.
El año pasado, la violinista tuvo la oportunidad de de representar a la República Dominicana en el Kutztown Summer Music Festival en Pensylvania, lo que la joven tomó como “primero una responsabilidad, pero también un honor de haber sido elegida para eso”.
De esta experiencia también rescató el valor de su formación dentro del festival con profesionales como el violinista Kurt Nikkanen, quien la ayudó a ser más independiente, un valor crucial para el próximo paso que dará Jade al estudiar fuera del país.
Respecto a esto, Jade lamentó la falta de oportunidades existentes para los estudiantes de música en República Dominicana, una problemática que empuja a muchos como ella a estudiar fuera. Enfatizó que “en el área de música clásica no hay un un programa de estudios superiores en el país”.
Por esta razón, Jade Hasbún optó por estudiar en la Universidad de Kutztown, donde fue becada. Sin embargo, la violinista lamentó que no todos consiguen esta oportunidad.
“Yo siento que aunque, por ejemplo, yo sí conseguí beca para irme fuera, no es el caso de muchas personas que tal vez también se lo merecen, pero no se les se les presentó la oportunidad de audicionar, por ejemplo”, expresó la joven promesa del violín.
Una joven con un sueño altruista
A través de esta preocupación por sus compañeros y el futuro de la música en el territorio nacional, Jade se ha propuesto la meta de fomentar la educación musical en el país.
“Me gustaría, como he dicho muchas veces, ayudar a otros a que consigan lo que yo tal vez no pude conseguir tan fácil”, aseguró.
Jade manifestó que desea que “aquí también se produzcan esas oportunidades”, para que no sea necesario que los estudiantes deban salir de su país para conseguirlas, sino que también puedan encontrarlas dentro de República Dominicana o que incluso de otros países puedan venir a estudiar.
“Que no sea un este país un motivo de yo salir, sino de yo quedarme o tal vez de que otra gente puedan venir también”, expresó, agregando después su propósito de influir en otros con su ejemplo.
“Yo trato a veces de ser un poco un ejemplo, no solo a nivel musical, porque yo también sé que muchas personas me ven y trato siempre de incentivar la fe en Dios, que me ha ayudado mucho y mostrar la disciplina, que eso también tiene un efecto en todo lo que uno va construyendo”.
Su madre ya ha dado el primer paso para cumplir este sueño con la creación de la Fundación Juvenil Pro Educación, Arte y Cultura hace unos años atrás.
“Estamos en ese proceso de ver cómo esa fundación se puede convertir en un canal, un impulso para todo lo que venimos planeando para un futuro”, dijo Jade.
El método de la violinista
Acerca de su proceso de preparación para tocar una nueva pieza, la intérprete comentó que siempre investiga primero sobre el autor y el contexto en el que compuso la obra.
“Yo no tengo al compositor sentado al lado mío para que él me diga como quiere que suene la obra. Entonces, si yo sé qué estaba pasando el compositor posiblemente por ese momento, puedo incluir eso en mi forma de tocar esa obra y, también, agregarle un poco de lo mío, ese toque personal que cada intérprete le pone”, explicó Jade.
“Ya después me gusta a veces crear una historia dentro de la pieza porque así puedo ver cómo yo quiero que se sienta y en base a eso también aplicarle la técnica. Muchas personas resuelven la técnica primero en cuanto a una pieza y dejan lo sentimental, lo emocional para luego, que también lo he hecho. Pero siento que el método que me ha funcionado es ver cómo yo quiero que se sienta, cómo yo quiero que suene y luego ver qué técnica yo puedo usar para lograr ese resiltado”, agregó.
Para la señorita Hasbún, la parte técnica y la parte sentimental de una pieza, “deben siempre ir de la mano”.
“No importa lo bien que tú toques o lo bonito que se escuche, si tú no logras que el que te está escuchando sienta algo, para mí no es música. O sea, siempre tiene que existir una conexión entre el que está interpretando y el que está recibiendo esa música. Entonces, creo que el sentimiento nunca debe dejarse de lado”, dijo Jade.
Incluso, esa conexión, esa misma técnica de crear una historia para una pieza mientras la toca, es una estrategia que le ha ayudado a afrontar los desafíos de las piezas más difíciles de su repertorio, como las de Bach.
La joven violinista también comentó que cuenta con varios referentes en la música. De estos destacó a Astor Piazzolla, Pablo Sarasate y Alberto Hernández, de quién tocará una pieza en su recital el 7 de julio.