Verla en Instagram, “fajá” como una campeona, arreglando una cocina, fue el motivo por el cual se hizo contacto con Smailyn Mieses, la influencer que, con su talento en la carpintería está transformando vidas y espacios. Tan ocupada está que, hubo que esperar que sacara un tiempito para contar su historia a LISTÍN DIARIO.
Mostró interés en hacerlo porque sabe que ella es inspiración para muchas mujeres que quieren superarse y emprender. La muestra es que, actualmente cuenta con 730k de seguidores en todas sus redes sociales (Tiktok, Instagram, Facebook y YouTube).
“Vivo de dar mis talleres y mis cursos a través de los cuales enseño a las mujeres a manejar las herramientas básicas de carpintería, a crear mobiliario básico, a transformar. Les enseño también, sobre diseño de interiores”. Su trabajo es tan notorio que ya son muchas las marcas que colaboran con su desempeño.

¿Cómo llega a tu vida este oficio de la transformación y la capacitación? Se le preguntó para conocer mejor sobre los orígenes de esta actividad que realiza la dueña de este relato con pasión y entrega. No perdió tiempo en atribuirle la responsabilidad a la necesidad de ella tener una casa bonita.
“Básicamente, mi casa estaba fea, vacía, la sentía ‘deprimida’, y yo quería tener una casa bonita, pero tengo unos gustos un poco costosos”. Lo reconoce. “Pero no podía pagar por eso, entonces me tocó aprender. Me tocó reformar lo que ya tenía, me tocó buscar materiales viejos, pero en buenas condiciones y hacer con ellos lo que yo necesitaba, porque no tenía para comprar materiales nuevos. La necesidad me llevó a aprender a hacerlo por mí misma”. Se dio cuenta de que tenía el talento y que podía multiplicarlo. Así lo está haciendo con sus talleres dirigidos a mujeres.
Smailyn comenzó en junio del 2022 a incursionar en este tipo de trabajo. Se hizo necesario preguntarle en qué consiste específicamente lo que hace para superarse y ayudar a otras mujeres a emprender.
“Contrario a lo que muchos piensan, yo no presto servicio sobre la transformación de espacios. Yo les doy las instrucciones básicas a las mujeres interesadas en aprender hacer este oficio”. En lo que van enseñando y aprendiendo dejan creadas las piezas y áreas en las que aplican sus técnicas.

Es algo maravilloso para la protagonista de hoy, poder enseñar, mostrar e inspirar “a las personas que, al igual que yo, en un momento no pueden pagar por una mano de obra, por alguna cosa que quieren para su hogar, me empeño en que sepan que hay opciones y que lo pueden hacer ellas mismas. Entonces, no lo doy como servicio como tal, pero sí lo hago por eso». Eso sí, deja por sentado que ha transformado casas de amigos, familiares y su propia vivienda. Graba el proceso y lo muestra en sus redes como guía.
Técnicas que usa
Dentro de lo que haces, ¿qué técnicas dominas? Como decoradora de interiores que es, su respuesta fue clara. «Bueno, por mi carrera, yo manejo todo lo que tiene que ver con la decoración. Trabajo el reciclaje creativo ‘full’, porque… ¿Qué pasa? Como yo vengo de una familia de escasos recursos, he aprendido desde muy pequeña a sacarle partido a las cosas». Su mamá trabajaba para darle todo lo que podía, pero muchas veces no era demasiado.
«Entonces, cuando llegaban los tiempos donde ella no podía darme muchas cosas, yo me la ingeniaba, buscaba la forma, utilizaba los pantalones jeans que ya no servían para ponerse, los que estaban viejos, y los reciclaba, los volvía carteras, los volvía a cartucheras, y los vendía, casi casi nunca los usaba porque me gustaba negociar desde muy pequeña». Desde su necesidad aprendió a crear y a descubrir una fuente de ingreso.

Maneja la pintura. Esto lo aprendió de forma empírica. «Con pruebas y error, y documentándome virtualmente iba mejorando la técnica». Pero Smailyn siempre va por más. «Estudié decoración y el arte con globos con profesores internacionales. Tomé aquí un curso sobre esto con Fabio Rayán, que es un artista brasileño del área, y también con las hermanas Nieves, que son artistas en globos venezolanas. Ellas residen en Estados Unidos y lo hice virtual». Trabajó un tiempo haciendo arreglos decorativos y demás, pero luego se dio cuenta de que su pasión está en su carrera.
Su progreso lo mide con el crecimiento de su comunidad en redes sociales. «También noto el alcance que estoy teniendo por las solicitudes y las personas que quieren unirse a mis cursos y talleres». Cada día es una meta cumplida para ella y para quienes buscan de sus capacitaciones para transformar su vivienda o ganarse el sustento diario.
«Con mi mamá y mi abuela aprendí lo que es trabajar de forma honesta»
«Nunca pasé hambre como tal, pero sí había momentos donde se apretaba la situación y comíamos un poquito menos». Ya esto es cosa del pasado. Gracias a que es una mujer de trabajo, de decisiones tomadas, y sobre todo, dueña de un gran don de enseñanza, Smailyn Mieses hoy vive una vida plena, basada en la honestidad, el sacrificio, la entrega y el deseo de superación.
La cita de la dueña de este relato encuentra sentido en la pregunta que se le hizo sobre si pasó mucho trabajo en la vida antes de convertirse en la influencia que es hoy para otras mujeres.
«Tuve una infancia que fue un poquito como una montaña rusa. Mi mamá me dejó con mi abuela y mis tíos desde muy pequeñita, cuando cumplí un año, para ser más específica. Luego, mis tíos me cuidaban porque mi mamá y mi abuela trabajaban». Así pasó un buen tiempo hasta que, como a los 10 años, su madre la llevó con ella a vivir a Higüey.
«Ahí vivíamos mis dos hermanos, mi mamá, mi tía y yo. Duramos alrededor de un año y medio y luego volví a la capital. Luego, al cumplir 13 años, mi mamá vuelve y me lleva a Higüey. Ahí entonces duramos dos años aproximadamente. Entonces, sí me chocaba mucho cuando me sacaban de la escuela, pues tenía que dejar a mis amigos y volver hacer amigos nuevos. Pero sí te puedo decir que, a pesar de que me dolía, me adaptaba fácilmente porque me considero una persona muy simpática, hago amigos rápido. Y dondequiera que iba, se me daba bien». Esa forma de ser le facilitaba las cosas.
Le agradece a su madre inmensamente porque aun dentro de sus carencias, buscaba la manera de que no le faltara nada. «Si ella tenía que tomar préstamos o lo que fuera para que yo estuviera bien y mis hermanos también, pues lo hacía. Luego se tuvo que ir fuera del país a trabajar y volví a vivir donde mi abuela. Pero en general te puedo decir que fui una niña feliz». Recuerda con añoranza sus días con su abuela.
«Ella me ponía a que la ayudara a trabajar. Me enseñó lo que era ganarse el dinero trabajando. Me parezco mucho a ella. En esa parte, por lo menos, que soy una persona que no puede estar tranquila. Tengo que estar todo el tiempo haciendo algo y fue porque en mi infancia lo aprendí de mi abuela. Ella vendía fritura en la zona franca de San Isidro y yo la acompañaba. Me pagaba 50 pesos para que yo pelara los plátanos y demás. Y también yo iba con ella a vender en la madrugada». Se iban a las 5:00 de la mañana y, fue ahí cuando aprendió que para lograr lo que se quiere en la vida, hay que hacer sacrificio.
Otras experiencias superadas
Smailyn ha pasado por otros momentos que vale la pena recordar. «Cuando yo estaba estudiando inglés por inmersión me tocó muchas veces irme caminando varios kilómetros hacia donde estudiaba ese idioma, con el sol candente y sin desayunarme». Lo peor es que, al regreso, debía devolverse a pie de nuevo o coger una «bola». Todas estas vivencias le sirven de soporte para seguir superándose.
En esos momentos, su madre estaba pasando por una situación económica muy difícil. Hace dos años, Smailyn también atravesó por una amarga experiencia. «Me robaron todas mis herramientas eléctricas y yo estaba en ese momento reformando mi habitación, y ayudando a unos amigos con su casa y me tocó terminarlo a punta de martillo y puntillas, y con algunas manuales que tenía en casa, lloré bastante porque me había costado demasiado tener todas mis herramientas». No se sentó a llorar. Redobló su trabajo para conseguir de nuevo todo lo que necesita para continuar con lo que ama hacer.

¿Cómo ha sido tu paso por los estudios?
A esta interrogante no tardó en contestar: «Me encanta estudiar, aprender cosas nuevas constantemente. Eso también lo aprendí de mi mamá, porque siempre, hasta este momento, la he visto amando sus estudios, estudiando mucho, y así salí». En su haber estima que tiene alrededor de unos 12 cursos técnicos. Servicio al Cliente, Administración de Redes Electrónicas y Microsoft Office están entre los que menciona.
Sobre la carpintería básica, que es a lo que se dedica con sus talleres, la estudió en Infotep. «Aunque no pude recibir mi diploma porque las últimas dos semanas se me hizo difícil asistir a las clases, y por eso no me pude graduar de éste, pero sí lo hice».
Hace dos semanas entregó su tesis de la carrera de Diseño de Interiores, en el Instituto Superior Técnico Comunitario (ITSC). Obtuvo una calificación de 90. Dios mediante, el próximo año se graduará la influencer que está inspirando a otras a que vayan por sus sueños.