El Gobierno de Haití firmará este sábado un acuerdo político con partidos aliados y opositores para garantizar la estabilidad del país hasta que se celebren las elecciones, anunció hoy el primer ministro, Ariel Henry.
«Esta tarde hablé con varios representantes de partidos políticos sobre la firma del ‘Acuerdo político para una gobernanza pacífica y eficaz del período interino’. El documento también será rubricado este sábado por diversos partidos políticos y representantes de la sociedad civil», anunció Henry a través de Twitter.
Entre los partidos que han mantenido conversaciones con Henry se encuentra el Sector Democrático y Popular (SDP), un partido de izquierdas que fue uno de los más firmes opositores al presidente Jovenel Moise, quien fue asesinado el pasado 7 de julio.
Tras las conversaciones con el SDP, Henry afirmó en un comunicado que pretende que el acuerdo facilite el establecimiento de un Consejo Electoral Provisional que sea «creíble» y que permita proceder «rápidamente» a la celebración de elecciones honestas, incluyentes y democráticas.
La designación de un nuevo Consejo Electoral Provisional probablemente implicaría un nuevo aplazamiento de las elecciones, aunque el Gobierno no ha informado sobre la posibilidad de cambios en el calendario electoral.
Desde la muerte de Moise, el SDP era una de las fuerzas que defendía aplazar las elecciones varios años, para alargar el período de transición, con el fin de acometer reformas profundas al Estado.
Una de las consecuencias del magnicidio fue el aplazamiento de las elecciones presidenciales y legislativas para el próximo 7 de noviembre, fecha en la que también se prevé someter a referéndum una nueva Constitución.
El anteproyecto de la Constitución prevé reforzar la figura del presidente, aunque se mantendrían las reglas actuales que permiten dos mandatos no consecutivos, cada uno de cinco años de duración.
El mayor cambio en la Constitución sería la eliminación de la figura del primer ministro y la creación del cargo de vicepresidente, que sería elegido por sufragio directo.
El presidente también ganaría libertad para nombrar a su Gobierno, sin necesidad de recibir la aprobación del Parlamento, como sucede en la actualidad, una situación que fue fuente de inestabilidad política en los últimos años.