En días pasados falleció un legendario actor francés quien trabajó con grandes directores de la Nueva Ola: Jean Paul Belmondo, conocido como “el actor más feo del cine galo” con dotes de seductor.
Había orientado su carrera en películas de acción, intriga y comedia de estilo meramente comercial.
Sin embargo, las películas que lo llevan al éxito y por las cuales se da a conocer han sido de la mano del director Jean-Luc Godard en los filmes “Al final de la escapada” (1960) y “Pierrot, Le Fou” (1965).
Godard fue un arquitecto de esa generación de cineastas que contribuyeron al desarrollo del séptimo arte en la década de los sesenta del siglo pasado.
El guion de “Al final de la escapada” parte de una historia contada por Francois Truffaut, y con la ayuda de otro cineasta francés de nombre Claude Chabrol, Godard narra la historia del joven Michel (Jean-Paul Belmondo) cuando estafa y se enfrenta a un policía, el cual logra asesinar y emprende la huida hacia París para poder cobrar una deuda pendiente.
En su estadía citadinadad conoce a una ciudadana americana y con ella entabla una relación sentimental. Ella le acompaña en sus andanzas.
Durante este trayecto, se mostrará el bullicio encantador de la Ciudad Luz para que el espectador se sienta parte de la historia.
La importancia de la película no radica en el guion; ya que prácticamente es muy sencilla y con pocos diálogos, sino en el rompimiento de ciertos patrones dentro de los cánones de la cinematografía, así como una perspectiva visual de forma separada y no de conjunto.
Este ensayo que le salió muy bien a Godard al mostrar la ciudad de París de forma cotidiana, utilizando giros inesperados en torno a los personajes, utilizando la cámara en la mano (sin travellings) para tener una mayor agilidad y realismo en cada una de las escenas.
“Al final de la escapada” marca el inicio de un cambio de paradigma en la construcción de una historia cuando se conjuga el suspenso tradicional con la expresión profunda de sentimientos y emociones.
En “Pierrot, Le Fou”, Belmondo interpreta a un profesor de literatura que deja a su esposa para escapar con otra mujer perseguida, iniciando una historia de aventura y romance, cargada de intrigas con referencias culturales y toques surrealistas.
El director plasma el desencanto de un intelectual a las presiones sociales. Con ello buscaba la liberación del protagonista y lo pone a vivir la vida a su manera hasa el fin de sus días.
En fin, este es un pequeño homenaje a un gran actor.
Protagonizó dos películas que han sido emblemáticas en la Francia de los años sesenta del siglo pasado.
Hasta siempre, Jean Paul Belmondo. Un destacado representante del buen vestir y de finos modales con un carisma muy particular.
Algunas de las curiosidades fueron tomadas de la página cineol.net
• La fotografía de “Al final de la escapada” fue realizada en blanco y negro por Raoul Coutard, quien a su vez tenía experiencia como reportero de guerra.
• Este filme se rodó utilizando luz natural y sin sonido; ya que rodar las escenas de la calle resultaba problemática dado el nivel de presupuesto que disponían.
• No posee un guion estructurado, sin embargo, la misma se basa en una historia acaecida en el 1952, que fue el punto de partida para que Truffaut pudiera escribir un ligero trazo, y así Jean-Luc Godard poder realizar una guía que sirviera de base para la filmación.
•Godard dedicó “Al final de la escapada” a Monogram Pictures, un estudio de Hollywood creado en 1930 que producía y estrenaba filmes de bajo presupuesto, conocidos como “Serie B”.
• “Al final de la escapada” ganó el Oso de Plata a la mejor dirección en la edición de 1959 del Festival Internacional de Cine de Berlín.
• En “Pierrot, Le Fou” el director había manifestado lo siguiente: “no es realmente una película, es un intento de cine. La vida es el tema, con alcance y colores como atributos. En resumen, la vida llena la pantalla como un grifo que se va vaciando simultáneamente al mismo ritmo”.
• “Pierrot, Le Fou” fue pre-seleccionada para representar a Francia a los Premios Oscar; pero no pudo lograr el pase.
• “Pierrot, Le Fou” se ha convertido en una obra de culto del cine francés y del mismo actor Jean Paul Belmondo, como representante de esa Nueva Ola.