He escrito tantas veces de cómo nos afecta lo que ocurre en Haití y de lo que debemos hacer para ayudarlos. Pero nada se resuelve. Por eso esta vez seré conciso y preciso. Comenzaré con un relato. Una vez estando en una reunión en que estaban dos presidentes, uno norteamericano y el otro dominicano. El primero nos explicaba en forma sucinta su política exterior a nivel mundial. Cuando llegó a Latinoamérica, refiriéndose a Colombia y a su presidente dijo: Hay muchos problemas en esa nación. Tendremos que aplicar sistemas y soluciones fuertes. Espero que quien será el nuevo presidente tenga los “huevos” para hacer eso. El presidente dominicano le interrumpió y le dijo a su colega: Presidente nosotros utilizamos otras palabras y decimos “Esperamos que tenga los “cojones bien puestos”. Todos reímos y el presidente norteamericano continuó, pero cuando finalizaba se refirió a la guerra en Afganistán que ya había iniciado en contra de los aguerridos talibanes. En ese momento, el presidente dominicano nuevamente lo interrumpió y le dijo: Presidente yo tengo aquí a mis tres talibanes. Esa afirmación causó sorpresa a los norteamericanos y hubo que aclarar que los tres acompañantes del presidente dominicano eran de origen libanés y palestinos.Este relato es para concluir indicando que el actual presidente dominicano, de origen libanés, tendrá en el caso haitiano que cargar pesado y actuar tan fuerte como lo hizo el colombiano. La dominicanidad tendrá que ser defendida con la vehemencia y bravura que tuvieron nuestros libertadores. Se que será difícil pero todavía tenemos hombres de carácter firme y de profundidad en sus convicciones. Con hombres de esa categoría, una responsabilidad de esa magnitud no caerá en manos inseguras e inexpertas. Buscarlos y atraerlos es la tarea de un presidente.Haití es hoy peor a un Estado Fallido. Es un territorio con fuertes conflictos internos, lo que está impulsando oleadas migratorias y que gradualmente está siendo dominado por pandillas violentas que harán de los secuestros, el narcotráfico y el terrorismo su modus vivendi. Su contagio nos traerá primero desestabilización y al estar dentro de una misma isla la solución para los países dominantes será convertirnos en un solo Estado. Eso es lo que tarde o temprano ocurrirá si quienes hoy dirigen el país no toman a tiempo las acciones correctivas. En estos momentos debemos lograr que a través de Naciones Unidas se intervenga militar y económicamente a Haití. Pero cómo hacerlo es lo más importante, pues la forma en como se ha hecho hasta ahora ha sido un fracaso.
Intervenir y crear un protectorado o fideicomiso no es posible debido a que Haití es miembro de la ONU. Por eso hace tiempo sugerí una forma de como dar solución a la inmutabilidad del principio de igualdad soberana con la triste realidad de ese pueblo que necesita ser guiado durante años por la comunidad internacional. Bajo el esquema que aquella vez propuse, ellos, los haitianos seguirían gobernando a su país, pero lo harán bajo lo que he llamado “Gobierno Compartido” con la comunidad Internacional. Los detalles de ese esquema que es una especie de alianza estratégica y un plan de reconstruccion para Haití, quizás todavía sea viable. Este debe estar reposando en los archivos muertos de nuestra Cancillería. La pura verdad es que lograr que se haga algo por Haití ha sido imposible pues ni siquiera lo pudo el Presidente Clinton a través de lo que llamó Iniciativa Global Clinton(IGC). El fallo de Estados Unidos y la comunidad internacional ha sido creer que hacer elecciones y en consecuencia elegir un presidente es la solucion. No lo es. Haití necesita ser intervenido y la fórmula que propongo de un “Gobierno Compartido” es una opción que funcionaría con los haitianos.En un caso como ese habrían cuatro actores principales. El primero serían Estados Unidos y Francia. El segundo las Naciones Unidas. El tercero es el pueblo haitiano y el cuarto la República Dominicana. Cada uno de ellos tiene un papel que desempeñar en ese proceso. A Estados Unidos le interesa la estabilidad política y económica de su patio trasero el Caribe y además le tiene pavor a que oleadas de migrantes haitianos les lleguen a la costa de la Florida y ahora vía la frontera con México. Francia, por su lado, tiene una deuda histórica con su ex colonia. Las Naciones Unidas es el organismo internacional creado para asumir estos problemas. Y nosotros los dominicanos debemos ayudar a que se encaminen hacia su desarrollo. De eso seremos los más beneficiados. Nuestro gobierno debe actuar en diferentes frentes, estos son: Cerrar y organizar la frontera, expatriar a todo el que este ilegal en el país. Organizar la entrada y salida de los trabajadores temporales. Y continuar con la construcción del muro. Sobre esto debo decir que respaldó su construcción pero sé que no habrá muro ni océanos que detengan la salida de los haitianos . Diplomáticamente debemos dar inicio a una gestión en el exterior explicativa de que defenderemos nuestros intereses y soberanía. Esto debe quedar muy claro con la nación del norte a la que nuestros políticos y autoridades le tienen miedo. En nuestras largas relaciones con ellos, los dominicanos no acaban de comprender como piensan y actúan los norteamericanos. Estos son pragmáticos y su política exterior es basada en una mezcla de realismo e interés. Ellos les tienen un mayor respeto a los amigos que no les temen y que les dicen verdades aun cuando estas no sean de su agrado. El segundo actor es Naciones Unidas. Este es un organismo burocrático, cansado de Haití y dominado por un selecto club de quince países. Cuando estuvimos por dos años en ese club, fuimos tímidos e incapaces de explicar y tratar de convencer a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de que Haití necesitaba de atención y ayuda inmediata. Ahora debemos reiniciar esa gestión.
La verdadera realidad es que nuestro vecino está en un proceso de autodestrucción. Tenemos que ayudarles. Reconozco que el gobierno dominicano no puede ni debe proponer formas de qué hacer en Haití y mucho menos modalidades como las que yo he formulado. Pero quienes hacen opinión pública deben hacerlo. Tenemos que buscar soluciones y una de ellas es dar forma a esquemas como el una “Alianza Estratégica” en que la Comunidad Internacional establezca un gobierno compartido con los haitianos. No podemos seguir siendo indiferentes a lo que ocurre en la parte occidental de nuestra isla.