En el Pabellón de la Fama del Deporte del Centro Olímpico es extensa la fila de personas que esperan su turno desde tempranas horas de la mañana para realizarse la prueba PCR de Covid-19.
El centro trabaja desde las 8:00 de la mañana hasta las 2:30 de la tarde y funciona por orden de llegada.
Luego que se anotan en una lista, las personas son llamadas en grupos de 20 para realizar el proceso de toma de muestra. Además, consta de dos unidades, una para adultos y otra para infantes.
Durante un recorrido hecho por este medio se observó que los médicos y laboratoristas que asisten en el centro cuentan con las herramientas de lugar y despliegan el protocolo para prevenir el virus.
«La cantidad de gente que está saliendo positiva para mí como médico es preocupante, estamos protegidos para trabajar», añadió la doctora Marlen Díaz, encargada del área de adultos.
En la otra unidad se veía a niños de distintas edades en espera de ser atendidos.
Por otro lado la doctora Martínez, encargada de la unidad de infantes dijo: «Como usted puede ver esto está lleno y la mayoría de los resultados que hemos entregado hoy son positivos«.
«Nos vamos a realizar la prueba porque fuimos de viaje y donde nos quedamos alguien dio positivo, así que estamos aquí para descartar, ya que nadie tiene síntomas», contó Belkis Reyes, madre de 4, mientras esperaba ser atendida.
Otros laboratorios
Filas que ocupan esquinas completas y largas horas de espera es el panorama que se vive y observa en los diferentes laboratorios de la capital.
En su mayoría las personas van tras pruebas PCR y rápidas para proceso de viaje.
«Esto ha sido bien tedioso, yo viajo a Europa el miércoles y a cada sitio que me muevo para resolver con la prueba están lleno de gente», dijo Juan Fernández.
Centros de vacunación
El ambiente en el área de inoculación del Centro Olímpico es una «zona muerta», con flujo muy bajo de personas que están asistiendo a vacunarse y en tentativa de una cuarta dosis.
También hay una brigada de Vacúnate RD dirigiéndose a los hogares de las personas que poseen alguna discapacidad que no les permite acudir a los puestos de vacunación.
«Quienes más acuden aquí son las personas más adultas, los jóvenes se han rezagado un poco con ponerse su vacuna», declaró la doctora Pérez.