El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) denunció este lunes que más de 1,000 escuelas aún no han sido reconstruidas y que 320,000 niños y adolescentes estudian en entornos no propicios para el aprendizaje, seis meses después del terremoto que sacudió el suroeste de Haití.
«Garantizar que los niños, niñas y adolescentes puedan volver a la escuela no solo es un imperativo moral, sino que también es crucial para su salud física y mental, su nutrición y su bienestar general», dijo en un comunicado el representante de Unicef en Haití, Bruno Maes.
A pesar de que la reconstrucción está «definitivamente» en marcha, cientos de escuelas sigue en ruinas, dijo el diplomático, quien también alertó sobre los más de 260,000 menores de edad que «siguen necesitando» ayuda humanitaria inmediata en las zonas afectadas.
«Sin un acceso adecuado al agua, los alimentos, la salud y la educación, decenas de niños, adolescentes y mujeres se encuentran en una situación de inmensa y urgente necesidad», aseguró.
El 14 de agosto de 2021, un terremoto de magnitud 7.2 sacudió los departamentos de Sur, Grand Anse y Nippes, causando más de 2,200 muertos, decenas de miles de heridos y cuantiosas pérdidas materiales.
La zona también fue azotada días después por las lluvias de la depresión tropical Grace.
A finales de 2021, Unicef solicitó 97 millones de dólares para satisfacer las necesidades urgentes de 950,000 personas, entre ellas 520,000 niños, aunque solo ha obtenido un tercio de la financiación solicitada.