Ucrania anunció el miércoles un plan para movilizar a sus reservistas e instó a sus ciudadanos a salir de Rusia, mientras el miedo a una invasión inminente por parte de Moscú aumenta, después de que Vladimir Putin reiterara que no cederá en sus exigencias pese a las sanciones occidentales.
Estos anuncios son el último capítulo en la escalada de tensiones entre Ucrania y Rusia, que constituye la peor crisis geopolítica en Europa desde el final de la Guerra Fría.
Desde hace semanas, Rusia desplegó en la frontera con Ucrania unos 150.000 soldados y el lunes reconoció la independencia de dos territorios separatistas del este de Ucrania: las autoproclamadas ‘repúblicas’ de Donetsk y Lugansk. Esto atizó las acusaciones de que prepara un ataque a gran escala contra el país vecino.
Ante la amenaza, Ucrania organizó la movilización de reservistas del ejército de entre 18 y 60 años y recomendó a sus ciudadanos que salgan de Rusia rápidamente.
Además, el consejo de seguridad ucraniano pidió al Parlamento que se instaure el estado de emergencia.
El martes, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que pidió «armas» y garantías sobre una adhesión a la Unión Europea, también mencionó la posibilidad de romper relaciones diplomáticas con Moscú.
En Rusia, Putin, pese a la cascada de sanciones anunciadas en la víspera por los occidentales, prometió que no cederá en sus exigencias y afirmó «los intereses y la seguridad» de sus ciudadanos «no son negociables».
El mandatario habló en un breve discurso televisado por el Día del Defensor de la Patria en el que dijo, sin embargo, estar «abierto a un diálogo directo» con los países occidentales, pero siempre exigiendo que Ucrania no sea jamás admitida en la OTAN.
El miedo a una escalada militar a las puertas de la Unión Europea (UE) sigue aumentando desde que el lunes Putin reconoció la independencia de dos territorios separatistas del este de Ucrania y el Parlamento ruso aprobó después los acuerdos que enmarcan esta declaración y que se traducen en diversos compromisos con estos rebeldes ucranianos prorrusos.
Este texto prevé el envío de una fuerza de «mantenimiento de la paz» a estos territorios que forman parte de Ucrania, lo que da una luz verde para una posible operación militar.
Aunque Putin no ha dado detalles sobre sus planes, ni tampoco una fecha sobre el posible envío de tropas, la vía para una intervención rusa tiene ya allanado el camino legal.
Aluvión de sanciones
Para el presidente estadounidense, Joe Biden, las últimas decisiones de Putin significan «el inicio de una invasión», pero afirmó que «aún se puede evitar lo peor».
El martes los países occidentales aprobaron sanciones tras el reconocimiento de la independencia de los separatistas. El conflicto entre estos grupos y las autoridades ucranianas en el este del país ya dura ocho años y ha dejado más de 14.000 muertos.
La medida más contundente fue el anuncio de que Alemania decidió suspender la autorización del gigantesco gasoducto Nord Stream II, que transportará gas ruso al país europeo.
Estados Unidos también reaccionó con una «primera tanda» de sanciones que buscan impedir que Moscú se haga con fondos occidentales para reembolsar su deuda. También hubo anuncios de bloqueos financieros de la Unión Europea, Japón, Australia, Canadá y Reino Unido.
Estas medidas se dirigen principalmente contra bancos rusos y algunos diputados. Por ahora, son sanciones cautas y menores a las anunciadas en caso de invasión.
Este miércoles la ministra británica de Relaciones Exteriores, Liz Truss, estimó «muy probable» que Putin decida invadir Ucrania.
Pero los tiempos en esta crisis parecen estar marcados por Putin, que mantiene en vilo a la comunidad internacional rodeando de misterio sus intenciones: invadir Ucrania, ampliar la zona bajo control de los separatistas o negociar un nuevo statu quo en la región.
El martes el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, criticó a Rusia y afirmó que los principios de «la Carta de las Naciones Unidas no son un menú a la carta» y que el país debe «aplicarlos todos», en referencia a la crisis en Ucrania.
Lavrov respondió afirmando que el jefe de la ONU estaba cediendo a la «presión de los occidentales».
«Miedo»
En la línea de frente, siguieron los combates entre el ejército de Ucrania y los separatistas.
«Comenzaron a disparar con más fuerza», contó a la AFP Dmitri Maksimenko un minero del pequeño pueblo de Krasnogórivka, situado cerca del frente.
El hombre afirmó estar «conmocionado» con la noticia de que Rusia reconoció la independencia de los separatistas. «No sé qué va a pasar, pero honestamente, tengo un poco de miedo», admitió.
Los separatistas de Lugansk anunciaron el miércoles la muerte de un combatiente, alcanzado por el disparo de un francotirador ucraniano, según ellos. Según los rebeldes, un civil también falleció en un bombardeo.