UCRANIA.- La pequeña localidad de Kreminna se ha convertido en la primera ciudad en caer en manos rusas en su nueva ofensiva en el Donbás.
Las tropas invasoras han intensificado sus ataques en todo el este de Ucrania y se espera que los combates aumenten en los próximos días en su avance hacia Kramatorsk, uno de los centros militares estratégicos de Ucrania.
Mariúpol, mientras tanto, resiste con dificultad. El ministerio de Defensa de Rusia lanzó un nuevo ultimátum a las tropas ucranianas atrincheradas en la planta de Azovstal. Ofrecen un alto el fuego si estas deponen las armas. Este miércoles se anunciaba igualmente haber llegado a un acuerdo para la apertura de un corredor humanitario para los miles de civiles, hasta 100.000 según algunas fuentes, que permanecerían aún en la ciudad asediada.
Las condenas mutuas, por su parte, continúan, con el presidente Volodímir Zelenski acusando a Rusia de estar atacando a los civiles y Moscú lamentando el uso de «escudos humanos» por parte de Ucrania para proteger su último reducto en la ciudad portuaria asediada.
«Los mismos radicales y neonazis que están utilizando abiertamente a nuestros militares para protegerse en la planta siderúrgica de Azovstal han afirmado continuamente que han tenido civiles detrás de ellos todo este tiempo», informaba el primer representante permanente adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyanskiy. «Y esto a pesar de que no informaron de ello hasta ayer, ni mencionaron a ningún civil, ni siquiera cuando los militares cercados se movieron para rendirse. De este modo, revelan una vez más la verdad: los civiles de esa instalación sólo estaban allí para ser utilizados como escudos humanos».
Los bombardeos también se han intensificado en Járkov, donde este martes morían siete personas. La segunda ciudad de Ucrania denuncia cómo el Kremlin estaría llevando a cabo «bombardeos ininterrumpidos a los barrios civiles» desde el pasado domingo.