¿Cómo podemos tener un desarrollo aquí en Dajabón si tenemos (…) a nacionales haitianos comprando terrenos y comprando casas, y nadie le pone freno a esa situación?”, se quejó la noche de este jueves el alcalde del fronterizo municipio de Dajabón, Santiago Riverón.
Durante una reunión de ministros del gobierno con autoridades políticas y agentes sociales y económicos de la provincia Dajabón, Riverón tomó un turno para mencionar problemáticas que considera se deben resolver “antes de que llegue el desarrollo que se ha prometido” con la ampliación y rehabilitación del Puerto de Manzanillo y obras conexas.
Reportó que “un solo haitiano” adquirió varias casas en Dajabón. “Casas de tres niveles, cuatro niveles”, valoradas en seis o siete millones de pesos. “¿Quién está investigando eso?”, cuestionó.
El gobierno promueve el proyecto para rehabilitar y ampliar el puerto de Manzanillo, ubicado en Pepillo Salcedo, en la fronteriza provincia Montecristi, por donde se exporta una gran parte del banano dominicano a destinos como la Unión Europea. Estima una inversión de unos 2,000 millones de dólares en los próximos años para esta y una serie de obras de infraestructura, que generarán más de 3,000 empleos e impactarán toda la región Cibao Noroeste.
“Si nuestros principales sectores siguen siendo invadidos por haitianos que están alquilando viviendas, que están comprando viviendas, que están comprando propiedades, ¿para quién es ese desarrollo que viene?”, cuestionó el alcalde. “¿Va a ser para los dominicanos o para los haitianos o para ambas naciones?”.
“¿Quién les vende?”, le preguntó al alcalde el ministro de Medio Ambiente, Miguel Ceara Hatton.
“Pero, ¿quién controla a esos dominicanos?”, le contrapreguntó el alcalde. “Nadie los controla; entonces, eso es lo que nosotros queremos”.
“¿Cómo tu puedes decir a un dominicano: no le puedes vender a un ciudadano?”, le volvió a preguntar Ceara Hatton.
“Lo que yo pretendo es que usted, como dominicano, usted no le pueda alquilar una vivienda a un indocumentado ni venderle una vivienda”, se justificó el alcalde.
“Eso lo puede entender”, le dijo Ceara Hatton. “Pero, si la persona llega con documentación y compra, ¿lo puede parar?”.
“Por supuesto que no”, le respondió el alcalde.
El debate terminó con el alcalde. Antes de hablar de los haitianos, Riverón también había solicitado un matadero municipal, la ampliación del mercado binacional y la entrada en funcionamiento de un nuevo vertedero ya pautado.
En la reunión, además, se encontraban los ministros de la Presidencia, Joel Santos (interino), y de Economía, Pável Isa. El motivo principal era conversar sobre el desarrollo de Manzanillo y su impacto en la provincia de Dajabón, vecina de Montecristi.
Carné de habitante fronterizo
Tomó el turno el senador de Dajabón, David Sosa, quien abogó por la implementación del carné de habitante fronterizo -que la Dirección General de Migración tiene pendiente- para los haitianos hacer actividades de estudio y negocios en suelo dominicano, pero retornando a su país, para que haya “una regla”.
“Soy de los que digo: cuando tu ves a un haitiano haciendo negocios aquí, o pasó o dio 100 pesos o brincó o vino por el río; no hay una regla. Sin embargo, si hay un carné que dice quién cumple para ese carné, entonces vamos a progresar”, dijo el senador.
Denunció el cobro de peaje en los puestos militares de chequeo para dejar pasar a haitianos indocumentados. “Eso hay que pararlo”, enfatizó.
“Siempre me río en la capital, allá en el Senado, cuando me dicen: ¿cómo ustedes se hacen con tantos haitianos en Dajabón? Digo: no, díganme ustedes aquí en la capital, porque se los han traído todos”, comentó.
A su juicio, hay que cambiar la visión de que “si un haitiano pasó la frontera y llegó a la capital, nadie lo molesta”.
Su propuesta es que se les dé una oportunidad a los haitianos para que vayan a República Dominicana a estudiar o a hacer negocios y se devuelvan.
Otros participantes en la reunión solicitaron atender asuntos en la provincia relativos a la protección medioambiental, la educación, la salud mental y la formación técnico-profesional, entre otros.
por: Mariela Mejía