Cuando estaban en un centro de detención para migrantes en Arizona, las autoridades estadounidenses separaron a Phillipe y Edeline de su bebé recién nacido y no lo volvieron a ver hasta que fueron transportados en un autobús -esposados de manos y pies- hasta el avión que les deportaría a Haití.
Con este y otros 23 testimonios la organización Amnistía Internacional (AI) denuncia en un nuevo informe publicado ayer jueves los malos tratos a los que son sometidos los solicitantes de asilo haitianos en lo que califica como “tortura basada en la raza” y una violación al derecho internacional.
“Nuestra investigación ofrece abundantes indicios de que el racismo sistémico está incorporado en el sistema de migración estadounidense”, dijo la directora de la organización para América, Erika Guevara, según recoge un comunicado.
Desde mediados del año pasado, EE.UU. ha visto un aumento en el número de personas haitianas que cruzan la frontera con México y buscan pedir asilo en el país.
En el informe se detalla que casos como el de Phillipe y Edeline, donde los padres fueron separados de sus hijos, no fueron aislados y que las autoridades detuvieron incluso a bebés de nueve y 14 meses. De acuerdo con Amnistía Internacional, los migrantes haitianos no tuvieron acceso a alimentación suficiente, atención sanitaria o información jurídica durante su reclusión.