Por MARCELINO SENA
Con casi 69 años de edad, de los cuales 50 los ha vivido en el quehacer político, ocupando la Presidencia de la República en tres periodos, él más que nadie sabe que en el contexto internacional actual, ningún político, por más magia que tenga, puede hacer un buen gobierno.
A Luis Abinader le ha tocado gobernar con la peor crisis mundial de la historia y ha pagado el costo político. Leonel no se va a someter a eso, hacer un mal gobierno fruto de la actual crisis, sobre todo después de ser tres veces presidente y dejar, lo que sus defensores, (empresarios, políticos y comunicadores que amasaron y engrosaron fortuna), consideran una buena obra de gobierno, sería manchar esa «obra».
Entonces, cabe la pregunta ¿qué busca insistiendo en esa candidatura? Tres cosas:
1- A él le interesa fortalecer su partido para que, en el 2028, cuando su hijo Omar cumpla la edad constitucional requerida, sea candidato a la Presidencia con una organización política con peso en términos electorales.
2- Su candidatura le protege de la justicia, porque no es lo mismo perseguir a un candidato que a un expresidente.
3- Y la tercera, y no menos importante para él, una candidatura que muestre algo de posibilidades consigue una gran cantidad de recursos económicos, fruto de los aportes de empresarios que, cuidando sus intereses, ponen huevos en más de una canasta.
Pero, al margen de sus ambiciones, Leonel no tiene nada nuevo que ofrecer al electorado.