La nueva ley sobre el uso de las redes sociales de Utah aprobada esta semana es un ambicioso intento de proteger a los niños y adolescentes de los efectos nocivos de las redes sociales y darle más poder a los padres de familia para decidir si los menores deben estar utilizando aplicaciones como TikTok o Instagram.
Lo que no está claro es si las nuevas normas podrán aplicarse, y cómo, y si tendrán consecuencias imprevistas para los niños y adolescentes que ya están afrontando una crisis de salud mental. Y aunque los derechos de los padres son un tema central de las nuevas leyes de Utah, los expertos señalaron que los derechos de los padres de familia y el bienestar de los niños no siempre están alineados.
Por ejemplo, permitir que los padres de familia lean los mensajes privados de sus hijos podría ser dañino para algunos niños, y los requisitos de verificación de edad podrían dar a las compañías tecnológicas acceso a la información personal de los menores, como sus datos biométricos, si utilizan funciones como el reconocimiento facial para revisar la edad.
“Los niños podrían correr un riesgo mayor si estas leyes se aplican de forma que no se les permita cierta privacidad, si no se les permite cierta capacidad de libertad de expresión o autonomía”, señaló Kris Perry, directora ejecutiva de la organización sin fines de lucro Children and Screens: Institute of Digital Media and Child Development (Niños y Pantallas: Instituto de Medios Digitales y Desarrollo Infantil).
Las leyes, que entrarán en vigor en un año, imponen un toque de queda digital a los usuarios menores de 18 años, requieren que los menores de edad obtengan permiso de sus padres para suscribirse a las aplicaciones de redes sociales y obligan a las compañías a verificar la edad de todos los usuarios de Utah. También exigen a las empresas tecnológicas que den acceso a los padres a las cuentas y mensajes privados de sus hijos, lo que ha generado inquietudes entre los defensores de niños, que afirman que esto podría perjudicar aún más la salud mental de los pequeños al privarles de su derecho a la intimidad. Esto es especialmente cierto para los niños LGBTQ+ cuyos padres no aceptan su identidad.
Las normas podrían transformar drásticamente la manera en la que la gente de este estado conservador utiliza las redes sociales y el internet, y en caso de tener éxito, servirían como un modelo para que otros estados promulguen leyes similares. Pero incluso si las leyes superan las inevitables demandas de las compañías tecnológicas, no está claro cómo Utah podrá implementarlas.
Por ejemplo, la verificación de la edad. Existen varias medidas para verificar la edad de una persona en internet. Alguien podría subir un documento de identidad oficial y autorizar el uso de software de reconocimiento facial para demostrar que tiene la edad que dice tener.
“Algunas de estas medidas de verificación son maravillosas, pero luego también exigen la recopilación de datos delicados. Y eso puede plantear nuevos riesgos, especialmente para los jóvenes marginados”, dijo Perry. “Y también impone un nuevo tipo de carga a los padres para que controlen a sus hijos. Estas cosas parecen simples y sencillas a primera vista, pero en realidad hay nuevos riesgos que pueden surgir en términos de esa recopilación de datos adicionales sobre los niños.”
Así como los adolescentes se las han ingeniado para obtener identificaciones falsas para beber alcohol, también son hábiles para saltarse las normas de edad en internet.
“En el sureste asiático llevan años, décadas, intentándolo, y los niños siempre lo sortean”, comentó Gaia Bernstein, autora de “Unwired”, un libro sobre cómo combatir la adicción a la tecnología.
El problema es que las normas de Utah no obligan a las redes sociales a impedir que los niños se conecten. En su lugar, dejan esa responsabilidad en manos de los padres.
“Creo que ese va a ser el eslabón débil de todo el asunto, porque los niños vuelven locos a sus padres”, dijo Bernstein.
No hay precedentes en Estados Unidos de una regulación tan drástica de las redes sociales, aunque varios estados están preparando normas similares.
A nivel federal, las empresas ya tienen prohibido recopilar datos de menores de 13 años sin el consentimiento paterno en virtud de la Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Internet. Por esta razón, las plataformas de redes sociales ya prohíben que los menores de 13 años se registren en sus sitios, pero los niños pueden saltarse fácilmente las normas, con el consentimiento de sus padres o sin él.