El presidente chileno, Gabriel Boric, rindió el domingo un homenaje a una serie de organizaciones civiles y religiosas que jugaron un papel fundamental en la denuncia de las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado de 1973.
Con el emblema articulado en torno a tres conceptos “memoria, democracia y futuro”, Boric inicio así una serie de conmemoraciones en torno al golpe militar de Augusto Pinochet, que se produjo el 11 de septiembre de 1973.
A 50 años del golpe “todavía tenemos detenidos desaparecidos en Chile”, destacó el mandatario, recordando que su gobierno está trabajando en un plan de búsqueda de estos desaparecidos “mientras estemos aquí tenemos el deber de seguir buscándolos”.
“Nos faltan más de 980 chilenos y chilenas que no sabemos dónde están y queremos saber dónde están”, señaló.
Boric destacó la necesidad de una memoria “que moviliza” que nos “invita a entender quiénes somos”, con un rol destacado “en el futuro de nuestra democracia para aprender de nuestros errores” por lo que “nosotros no olvidamos” ni olvidaremos, señaló el mandatario.
En el encuentro, en que participaron varios cientos de invitados en un barrio periférico de Santiago, se reconoció el trabajo de la Vicaría de la Solidaridad, el Comité Pro Paz, el Comité Nacional de Ayuda a los Refugiados (Conar), la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (Fasic) y el Servicio Paz y Justicia (Serpaj), el Comité contra la Tortura Sebastián Acevedo, la Cofraternidad Cristina de Iglesias y en especial a Javier Egaña Baraona, por su rol en la Vicaría.
La Vicaría tuvo un papel fundamental al documentar el número de personas detenidas desaparecidas, entre otras muchas funciones.
Boric dio las gracias a estas organizaciones “por haberse jugado hasta la vida” por su labor para proteger a quienes estaban siendo perseguidos por sus ideas en esos difíciles momentos.
“Sabemos que el pasado no se puede modificar, tampoco se puede borrar, como quizá le gustaría a algunos, pero se puede aprender de él”, señaló Boric.
“Seguridad, justicia y derechos humanos van siempre de la mano, nunca separados”, concluyó Boric. Las palabras del presidente se producen en un momento complicado, con el incremento de los problemas de violencia, robos y percepción de la seguridad en las calles, uno de los temas que más preocupan a los chilenos.
La oficina de las Naciones Unidas para América del Sur criticó el viernes la aprobación en el país de un proyecto de ley que protege con una legítima defensa privilegiada a los policías cuando usan sus armas. Amnistía Internacional se sumó a las críticas al asegurar que la iniciativa abre espacios a nuevas violaciones a los derechos humanos o a la impunidad y que no se ajusta al derecho internacional.
La norma fue aprobada en tan solo 48 horas en la Cámara de Diputados en medio de una crisis por el aumento de la violencia, agravada por el asesinato de dos policías en sólo 12 días y deberá debatirse en el Senado la próxima semana.