“Yo ando con un pantalón rojo y una blusa blanca”. Esa fue la señal que dio Mailyn Luis Joseph para identificarla cuando el equipo de LISTÍN DIARIO fue a buscarla a la parada del Metro ubicada en la John F. Kennedy con Máximo Gómez.
La descripción y su diminuto tamaño dejaron claro que la “niña” que caminaba hacia el vehículo del periódico era ella. Muy simpática subió a la camioneta y saludó dando muestra de buena conversadora. De hecho, ahí comenzó la entrevista a la joven de casi 20 años que se ha quedado atrapada en el cuerpo de una niña.
“Pero tú andas muy bonita”. Se le dijo. “Sí, a mí me encanta estar arreglada. Estoy estudiando maquillaje en Infotep, eso me gusta. También estoy estudiando locución, todo eso me fascina”. La emoción que mostraba por la capacitación llevó a otra pregunta: ¿Y en la escuela, en qué curso estás? “Ya terminé el Bachillerato, quiero entrar a la universidad a estudiar Medicina y dedicarme al área de Bioanálisis”. Está decidida a hacer el esfuerzo. Su caso particular, que la ha llevado a someterse desde muy pequeña a incontables pruebas médicas, la motivan a incursionar en esta carrera.
Su diagnóstico
La simpática Mailyn no tiene del todo claro cómo se llama el trastorno que padece y la hace ver como una niña de algunos 10 años, cuando en realidad, tiene “19 para 20”, como dice con mucho orgullo.
“Todos los análisis y todas las pruebas que me han hecho dicen que yo estoy bien, que lo que tengo es un problema hormonal que no ha permitido mi desarrollo como debería ser. Ser chiquita no me afecta, de verdad, porque tengo la cabeza bien puesta, pero sí me preocupa el hecho de que nunca he visto mi periodo, y yo quiero tener una familia en algún momento de mi vida”. Esta parte estropeó la sonrisa que mantuvo hasta ese momento. Sus ojos hablaron de cómo están sus emociones.
Pronto recobra su firmeza y continúa: “Lo que sí yo tengo claro es que necesito un tratamiento de hormonas, pero es muy costoso y mi familia es muy pobre para comprarlo. Yo necesito que se interesen en mi caso y me ayuden a superarlo para lograr el desarrollo adecuado”. Al explicar este punto, la dueña de esta historia admite que, si Dios quiere que ella siga como hasta ahora, lo hará “y nada me detendrá en lo que estoy buscando que es superarme y llegar a ser una buena profesional”.
Está lista para inscribirse en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), pero no le disgustaría conseguir una beca para estudiar en una universidad privada y concluir en menor tiempo sus estudios. “Ese es otro sueño que tengo, hacer mi carrera, pero no tengo recursos ni para el pasaje. Hay días que amanecemos sin nada, pero seguimos vivos”. Ella vive con su hermano de 21 años. Su madre salió del país hace poco tiempo para buscar la manera de ayudarla.
Fortaleza en la calamidad
La ausencia de su madre la pone triste, pero no la debilita. “Yo sé que tengo que echar para adelante. Trato de hacer algunas cosas, vendo palomitas, hago cositas que me ayuden a conseguir aunque sea tener mi pasaje para ir a mis cursos y comprar lo que me haga falta, pero no es fácil. Hay días que no tengo nada”. No pierde la valentía.
Su hermano trabaja en un taller de mecánica y, al igual que ella, quiere hacer una carrera universitaria, pero no tiene las condiciones para ello. “Lo bueno es que tenemos mucha fe en Dios, que somos buenas personas, que tenemos una madre que lo ha hecho todo por nosotros trabajando hasta en casa de familia”. Le apasiona hablar de su mamá y aprovecha para decir: “Ella ha hecho todo por mi salud, pero no tiene dinero para comprarme el tratamiento. Esa es la luz de mi vida”. El brillo en sus ojos lo confirma.
“Sueño con tener una clínica especializada para atender gente como yo”
Mailyn Luis Joseph llegó a la Redacción de LISTIN DIARIO saludando a cuántas personas encontraba a su paso. Todo el mundo la trataba con la ternura que se les suele dispensar a los niños. Juraban que ella no pasaba de los 10 años. Algunos se enteraron de que en realidad ella es adulta, pero de seguro que hay otros que lo sabrán a través de esta publicación.
Como la modelo que dice que es, posó para el lente de Raúl. Muy coqueta con su discreto maquillaje y sus cejas muy bien arregladas cogía su cuadre atenta a quedar “glamorosa”. Ese término lo utilizó ella haciendo saber que le encanta andar bien puesta y bien arreglada.
Al verla tan segura a pesar de su tamaño y las limitaciones que admite tener para lograr su sueño de lograr una familia, una carrera y una clínica, se le preguntó: ¿Te hacen ‘bullying’? “Si me lo hacen, ni lo noto, no le pongo atención a eso. Aunque debo decir que la gente que me conoce me trata bien”. Dice esto no sin antes aclarar que quienes no la conocen creen que ella es una niña y la tratan como tal.
Eso sí, esto le ha afectado. “Porque no he podido conseguir trabajo, he solicitado en muchos sitios, sobre todo en hospitales para ir aprendiendo en el área de Bioanálisis, pero no me ponen porque dicen que después creen que están empleando a una niña”. Se pone triste.
Tiene que mostrar mucho la cédula
Una de las cosas que más le molestan a Mailyn es que dondequiera debe mostrar su cédula para que le crean que es adulta. “Eso no me gusta, pero lo entiendo, porque de verdad mi apariencia es de una niña y la gente debe tener cuidado”. Ese malestar dio pie a que se le preguntara si tiene o ha tenido novio. “Yo no estoy en eso, estoy concentrada en capacitarme. Tuve uno, pero terminamos porque quiero echar para adelante, es eso lo mío”. Lo dice con seguridad.
Ella no se siente mal cuando la miran por las calles con cara de sorpresa al ver a “una niña maquillada” o una menor caminando sola y exponiéndose al peligro. “Yo sé llegar a los sitios donde voy frecuentemente, como por ejemplo, a Infotep, y tengo que hacerlo aunque la gente crea que soy una niña”. Hasta el equipo de LISTÍN DIARIO así la vio cuando llegó a buscarla a la estación del Metro.
La dueña de esta historia no se sabe el nombre del problema hormonal que padece, pero al ver uno de los tantos papeles que llevó para la entrevista, alcancé a leer que padece el síndrome de Turner, definido en la Internet como un trastorno genético común que se produce solamente en las niñas y que causa un retardo o deficiencia en la pubertad.
Pero aunque suene difícil de resolver, sí puede haber solución. Hay un tratamiento a base de estrógenos que las ayuda a desarrollar esos cambios. Mientras más jóvenes sean sometidas a él, mejor resultado arroja. En el caso de Mailyn, que ya se aproxima a los 20, habría que ver, “pero la doctora me dice que yo estoy bien de salud, que todos mis análisis salen bien, es decir, que con el tratamiento me iría bien”. Está confiada.
“Yo solo quiero tener mi propia familia, ser una buena profesional y que Dios me ayude a tener la clínica que deseo para ayudar a niñas que nazcan con ese problema, que ellas no tengan que pasar por todo lo que yo he tenido que pasar”. Así concluye la entrevista que busca despertar la solidaridad de la población.
Anécdota
“Hay algo que me da risa, es que cuando hay políticos dando juguetes, me dan a mí porque creen que soy una niña. Y yo me río, lo cojo y se lo doy a otra niña”. Esta experiencia la cuenta riendo a carcajadas.
Aporte
Si deseas ayudar a Mailyn a que se someta al tratamiento que necesita para desarrollarse y llevar una vida normal, puedes hacerlo a través del número 9605720387, Banreservas. También la puedes llamar al teléfono 829-731-2425.