El doble sentido en las bachatas de Blas Durán y de Luis Vargas fueron un caramelo para que Linar Espinal, nombre real del Chaval de la Bachata, se interesara durante su adolescencia en la bachata.
Él venía de una familia de acordeonistas y ese fue su primer instrumento. El Chaval nació en 1978 en Juncalito, Jánico, provincia Santiago. Es el menor de cuatro hijos procreados entre Chucho Espinal y María Núñez.
“Yo empecé a tocar escondido el acordeón como a los seis o cinco años, mi papá, yo lo veía, porque yo lo que veía en mi casa era acordeones”, rememoró el miércoles durante un encuentro de prensa en el que presentó su nuevo álbum, “Alayah #15”.
Vivía en el barrio Pekín de Santiago cuando encontró su primera oportunidad en la música. “Quien me da a mí la primera oportunidad de subirme a la tarima, y que yo admiraba toda la vida, es Luis Vargas” (alrededor de 1992, cuando tenía doce años de edad).
“Me sube Luis Vargas a una tarima, a una discoteca de adultos, ya usted sabe: mujeres desnudas y esto, y yo un muchacho con 12 años, Luis me sube a cantar y ahí fue que yo como que le cogí el gusto a cantar bachata. Para mí literalmente Blas Duran y Luis Vargas me influenciaron”, contó.
A pesar de tener la influencia del doble sentido, sus canciones se han distinguido por su contenido poético y notable calidad lírica.
Previo a incursionar de lleno en la música, llegó a trabajar duro en las calles, buscando aluminio, cobre y bronce para posteriormente venderlo en el mercado, a la vez que estudiaba. Incluso. llegó a matricularse en la Universidad Tecnológica de Santiago, donde cursó la carrera de psicología clínica.
Sin embargo, entre 1993 y 1994 su destino giró de manera definitiva hacia la música, al formar parte del grupo Los Infantiles del Amargue (llamado luego los Jóvenes del Amargue) y más tarde impulsado por el empresario Nepo Núñez Récords.
El 1997 fue un año clave en su vida artística, al lanzarse en solitario con su primera producción, que incluyó el tema “Cuando el amor se va”, que le valió el disco de oro.
Enre sus bachatas, hay una de particular sentido: “Dónde están esos amigos?”, lanzada en el 2007.
“En octubre, mira que coincidencia, en octubre del año 2006, a mí se me ocurre hacerle un tema a un amigo mío que cayó preso, fue extraditado a Puerto Rico, Joselito.com (cantante de bachata acusado de narcotráfico), para nadie es un secreto que fuimos amigos por muchos años, y yo vi cómo al irse, o se lo llevaron, perdió todas las amistades, y yo dije: – yo tengo que hacer algo como que tenga que ver con eso y de ahí viene esa canción”, relató.
Durante el encuentro de prensa El Chaval se mostró abierto a responder todas las preguntas y muy entusiasmado con su nueva propuesta musical.
El álbum “Alayah #15” contiene 20 temas, entre ellos “Contrato de amantes”, autoría del cantautor neoyorquino de origen dominicano Romeo Santos. También presenta una colaboración, “Esa mujer”, junto al veterano Leonardo Paniagua. “Se te hizo tarde”, “Acaba con mi vida”, “Así no”, “La plata” y “Te equivocas” son otros títulos.
Dolor Soberano
Aunque ha tenido altas y bajas en su carrera, el intérprete de “Estoy perdido” aseguró que desde 2016 mantiene una pegada constante, con al menos un tema por año.
Que no haya ganado un Soberano en su última entrega de este año, le dejó un sabor amargo.
– ¿Te dolió te dolió?, le preguntó Michael Miguel Holguín, el maestro de ceremonia de la actividad periodística. La respuesta del bachatero fue inmediata y sincera: “Claro que sí, es como que te roben un hijo. Me dolió, sabemos que fue un error garrafal que cometieron, no solamente conmigo, sino hasta con otros artistas”.
Incluso, dio a entender que la decisión de Acroarte de favorecer al bachatero Elvis Martínez trajo problemas internos entre los bachateros. Sin embargo, dijo que lo dejará en manos de Dios. “Ahora yo lo que le pido es que me dejen cantar como estoy cantando hasta ahora con mi garganta intacta”, manifestó ante el aplauso de los presentes en Hard Rock Café.