Los cuatro presuntos atacantes de la matanza que dejó 137 muertos el viernes en una sala de conciertos a las afueras de Moscú, ingresaron este domingo a prisión preventiva a la espera de su juicio.
Los cuatro hombres están acusados de «terrorismo» y se enfrentan a penas de cadena perpetua, indicó el tribunal de Basmanny de Moscú en un comunicado.
Su detención preventiva, fijada hasta el 22 de mayo, podrá ser prolongada a la espera de su juicio, cuya fecha aún no ha sido decidida.
En total, las autoridades rusas reportaron el arresto de 11 personas, cuatro de las cuales habrían perpetrado el ataque del viernes en el Crocus City Hall de Moscú.
El tribunal difundió un video en el que se ve a policías llevando a tres de los sospechosos, con esposas en las manos, a la sala de audiencias. El cuarto llegó en una silla de ruedas.
Uno de los sospechosos tenía una venda blanca en la oreja, al igual que en los videos de la detención difundidos el sábado por los investigadores, en los que tres de los presuntos agresores aparecieron con sangre en el rostro.
Según el tribunal, dos de los acusados se declararon culpables. Uno de ellos, originario de Tayikistán, «se declaró enteramente culpable», de acuerdo con la corte.
Las autoridades señalaron anteriormente que los sospechosos eran «ciudadanos extranjeros», pero no mencionaron su nacionalidad.
Tayikistán es una antigua república soviética de mayoría musulmana situada en Asia Central y vecina de Afganistán.
El atentado del viernes fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico, pero las autoridades rusas apuntan a una pista ucraniana, afirmando que los atacantes trataron de huir a Ucrania, donde supuestamente tenían contactos.
Kiev niega cualquier implicación en este atentado, el más mortífero en Rusia desde principios de la década de 2000.