La relación entre Mar y su padre, Marco Antonio Solís, es cercana y con un espíritu familiar notable que ella lo atestigua durante la conversación con periodistas de LISTÍN DIARIO, aunque haya decidido no usar el apellido Solís en el mundo artístico.
Ella ha tenido que explicar a los medios que “es un gran orgullo ser Solís, obviamente, pero también quiero que la gente me conozca por lo que soy”.
La joven mexicana, de 24 años, viene desde hace tres años forjando su propio destino en la música. Las canciones “Quédate”, “Calavera”, “Ojitos de colores”, “No te vas” y su versión de “Más que tu amiga” (dada a conocer por “El Buki”) son sus primeras apuestas, a la que se suma su más reciente corte, “No es normal”.
En sus declaraciones, Mar señala que desde pequeña tuvo acercamiento al mundo del espectáculo a través de su padre y que tiempo después se dio cuenta de la pasión por el canto que comparte con él y su resolución de querer dedicarse a ese oficio toda su vida.
Su padre, afirmó, ha compartido sus conocimientos musicales con ella y con quienes deseen aprenderlo, a pesar de los cambios que experimenta la industria.
Mar está en Santo Domingo para ser telonera de su padre, ese sábado 15 de marzo en el Estadio Quisqueya, donde cantará ante un público dominicano que lo idolatra. Ella sabe de ese cariño y calificó al público dominicano como “muy entusiasta”.
Para ella, es impresionante conocer las huellas que ha dejado su padre en sus seguidores y las acciones de las que ha sido testigo en los conciertos.
En el último show en Colombia una señora salió de sus sesiones de quimioterapia para poder estar y ver a Marco Antonio Solís.
“Es impresionante ver cómo lo aman y cómo la gente conecta con sus letras”, expresó Mar.
A su padre lo describe como una persona conectada con lo divino y muy espiritual.
“Es sabio, espiritual, dulce, carismático y chistoso”, dijo con un rostro iluminado por su sonrisa.
Luego agregó: “Es una persona muy familiar”, afirmando que suele pasar los domingos con sus cercanos. Y valoró su conexión con su ser superior y la naturaleza, además de “ser un niño”.