“Señor, mándame a alguien, ábreme una puerta, alguien que me ayude”, clamaba en silencio doña Mercedes Liz. No era una súplica hecha para ser escuchada por otros, sino una conversación íntima con Dios, repetida una y otra vez entre las humildes paredes de su hogar.
Esa oración fue contestada este martes, cuando el senador por la provincia San Juan, Félix Bautista, visitó a Mercedes, conocida cariñosamente como doña Mecho, y a su familia, brindándoles apoyo para su cena de Navidad, tras un reportaje publicado por Listín Diario.
Pese al largo trayecto, el senador se presentó para escuchar de primera mano las necesidades de la familia, destacando su compromiso con las personas en condición de vulnerabilidad.
“Esta es una condición muy complicada, y en situaciones como esta debemos colaborar”, expresó Bautista.
Al llegar al sector Ciudad de Dios, en Los Solares de Santiago Oeste, doña Mercedes se encontraba recostada, aquejada por mareos. Aun así, conmovida por la visita, sacó fuerzas para levantarse y expresar personalmente su situación al senador.
“Yo estoy malita. El 9-1-1 tuvo que venir a revisarme la azúcar y la presión, pero dicen que todo estaba bien. Aun así, no me puedo parar”, relató Liz.
Ante este panorama, y en presencia de su hijo Joel, el congresista y su equipo se dirigieron a un supermercado, donde adquirieron artículos de primera necesidad para la familia.
Doña Mecho recibió alimentos como arroz, habichuelas, vegetales, carnes y frutas, además de productos de cuidado personal.
Estos insumos llegaron como una bendición y representaron un alivio inmediato para ella, pues como expresó, su mayor anhelo era poder contar con una cena de Nochebuena, un deseo que ahora ve cumplido.
Firme en su compromiso, Bautista también se comprometió a gestionar ayuda para la obtención de la pensión de doña Mercedes, un proceso que, según ella misma cuenta, lleva años estancado.
“Desde hace cinco años me dicen que está en proceso, que todavía no ha salido. Otras veces me dicen que esas pensiones ya no están saliendo”, explicó.
Asimismo, el senador manifestó su disposición de colaborar con la compra de un aparato auditivo, debido a los problemas de audición que enfrenta, así como con uno de sus anhelos más sencillos pero significativos, contar con un juego de comedor donde pueda reunir a su familia.
Visiblemente agradecida y con un semblante más animado, doña Mercedes expresó su gratitud.
“Yo siempre le pedía a Dios que me mandara una ayuda y que se abriera una puerta. Hoy, con ustedes aquí, esa puerta se abrió”, dijo.
Trasfondo
Mercedes Liz nació el 9 de diciembre de 1953. Tiene 72 años y una vida marcada por el trabajo constante. Durante 25 años laboró en zona franca y, al salir de allí por razones de salud, buscó la forma de seguir produciendo desde su hogar.
Durante un tiempo recibió ayudas estatales como el bono luz y el programa Supérate, beneficios que hoy ya no percibe. La realidad sigue siendo la misma, pero sin ese pequeño alivio mensual.

Relata que en los últimos cinco años ha acudido en múltiples ocasiones a la Gobernación para solicitar su pensión, sin obtener una respuesta concreta.
Hace seis años falleció Juan Fernández, su esposo. Aunque hoy la responsabilidad recae principalmente sobre sus hijos, su ausencia sigue pesando en el día a día de la familia.