Los cancilleres de los países americanos, entre ellos el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, comenzaron este martes su reunión de dos días en Ciudad de Panamá para coordinar soluciones al problema de la migración en el continente y encarar el desafío de la corrupción.
El creciente flujo migratorio en Latinoamérica, gran parte del cual tiene como objetivo territorio estadounidense, ha llevado a las autoridades a convocar la segunda reunión regional sobre migración, menos de un año después de la celebrada en Colombia en octubre de 2021, y en la que participan una veintena de países.
«Coordinar nuestros esfuerzos ya no es algo opcional. Es una necesidad», afirmó Erika Mouynes, la ministra de Exteriores de Panamá, en la ceremonia de inauguración celebrada en el Casco Antiguo de la capital panameña.
La delegación estadounidense, encabezada por Blinken, cuenta además como la presencia del secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en una muestra de la preocupación en Washington por la llegada de migrantes a sus fronteras.
«Todos tenemos una responsabilidad compartida», afirmó Blinken, quien destacó que uno de los problemas que alimenta la migración en la región es la falta de transparencia y la corrupción.
La primera parada del jefe de la diplomacia estadounidense en Panamá, poco después de aterrizar en el país, fue en el Palacio Las Garza, sede del Gobierno donde se reunió, acompañado por Mayorkas, con el presidente Laurentino Cortizo y la canciller Mouynes.
En la cita, a puerta cerrada, se discutió «la importancia de una cooperación regional sobre migración irregular y el desplazamiento forzado para promover una migración segura, ordenada y humana en la región», según un comunicado del Departamento de Estado.
«Panamá ha sido el primer país en promover un enfoque multilateral y con respaldo internacional para los desafíos que originan los crecientes flujos mixtos de movilidad humana, tanto extrarregionales como intrarregionales», dijo por su parte en una declaración la Presidencia panameña.
EL DARIÉN, LA PELIGROSA RUTA MIGRATORIA HACIA EEUU
Este lunes, precisamente, Mayorkas se desplazó a la provincia panameña de Darién, la frontera selvática con Colombia que en el 2021 fue epicentro de una crisis de migrantes con más de 133.000 que la cruzaron en su viaje hacia Norteamérica, un número que es igual a todo el movimiento migratorio irregular de la década anterior por esa peligrosa zona.
A esa cifra histórica en la peligrosa ruta se han sumado en el primer trimestre de este 2022 otras 13.425, más del doble de los 5.622 del mismo período de 2021, según datos del Servicio Nacional de Migración de Panamá.
Tras la visita, Mayorkas y el ministro de Seguridad Pública de Panamá, Juan Pino, acordaron «compartir ideas y ver cómo hacer la mejora la seguridad» en las fronteras panameñas, que cada año son cruzadas por miles de migrantes irregulares procedentes de todo el mundo en ruta hacia Estados Unidos en busca de un futuro mejor.
Las agencias migratorias estadounidenses se preparan con más agentes y albergues y un aumento de repatriaciones ante una eventual ola masiva de migrantes en la frontera con México tras la eliminación a partir del 23 de mayo próximo de una medida que permite la expulsión rápida de migrantes amparada en la pandemia, conocida como el Título 42, y en vigor desde 2020.
EEUU Y PANAMÁ, SÓLIDOS ALIADOS
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, calificó este martes el canal de Panamá como un «símbolo» de la unión entre ambos países, así como un «asombroso ejemplo de la creatividad humana».
Blinken visitó el canal transoceánico, del que destacó que cerca del 75 % de su tráfico marítimo tiene origen o destino en Estados Unidos.
«Es un símbolo de la alianza» entre los dos países, afirmó en breves declaraciones a los periodistas tras recorrer una de las esclusas del canal, a las afueras de la capital panameña.
El canal que conecta el Caribe y el océano Pacífico comenzó sus operaciones en 1913, y es uno de los principales vías comerciales marítimas del mundo.