Tarik Skubal está ansioso por protagonizar otra buena actuación que desate el júbilo de los fanáticos de los Tigres en octubre, incluso si él mismo se contagia de la emoción y avergüenza a su madre.
Skubal, experto en la recta que brilló durante toda la temporada y quien casi seguramente obtendrá el premio Cy Young de la Liga Americana, abrirá este sábado el quinto juego para Detroit el sábado, frente a los Guardianes de Cleveland.
La serie divisional de la Liga Americana, de toma y daca, ha tenido un final apropiado: un encuentro en que el ganador se lleva todo.
Esta especie de pelea en el traspatio se extendió hasta las últimas instancias.
“No creo que nadie haya pensado que esto no iba a durar cinco juegos”, dijo el manager de primer año de los Guardianes, Stephen Vogt, quien encomendó la apertura a Matthew Boyd antes de soltar a su temible bullpen. “Así ha sido nuestra temporada. Así ha sido la de ellos”.
Será la segunda apertura en esta serie para Skubal, quien lanzó siete innings en blanco en el segundo juego, que los Tigres ganaron 3-0 con un jonrón de tres carreras de Kerry Carpenter en la novena entrada ante el cerrador dominicano de los Guardianes, Emmanuel Clase.
En el quinto episodio, al provocar un batazo para doble matanza que preservó el empate sin carreras, Skubal profirió una palabra malsonante hacia el público de Cleveland, mientras se retiraba hacia la cueva de los Tigres.
El público que lo veía por la televisión nacional pudo leer sus labios. Lo mismo hicieron los allegados de Skubal.
Su madre, Laura, desaprobó su léxico y publicó un mensaje en las redes sociales para expresar su decepción.
“¡¡Tarik Daniel!!” escribió, usando el segundo nombre de Skubal, un claro indicio de que el pitcher estaba en un gran problema.
El momento no fue nada nuevo para Skubal, quien ha luchado durante años por controlar sus emociones como deportista.