Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio
La grandeza de la mujer en la fe cristiana se destaca especialmente hoy con la celebración de una santa excepcional: Santa Teresa de Ávila. Esta mujer no solo fue una mística, sino también una reformadora y literata, cuyas obras y acciones han dejado una impronta en la historia de la Iglesia. Santa Teresa no necesitaba, ni quiso, ser obispo, sacerdote o tener algún cargo elevado en la jerarquía eclesiástica. Su grandeza radicaba en su humanidad, en sus cualidades inherentes como mujer, y en su profunda espiritualidad. Teresa es un ejemplo brillante de cómo las mujeres han contribuido y continúan contribuyendo significativamente a la vida y el pensamiento cristiano. La celebración de su vida y su obra nos recuerda el papel vital que las mujeres han jugado y siguen jugando en la nuestra Iglesia. Hasta mañana, si Dios,
usted y yo lo queremos.