El viernes 22 de marzo de 2024, el periódico Listín Diario publicó el artículo titulado “Lisandro Macarrulla hijo admite los cargos que le imputa el Ministerio Público en caso Medusa”.
El artículo da cuenta de los términos del acuerdo suscrito entre el señor Lisandro Macarrulla Martínez y el Ministerio Público (MP), en ocasión del caso “Operación Medusa”. Al igual que otros medios, el Listín reseñó hechos constatables y verificables, y se apoyó en documentos oficiales del caso.
A un año escaso de la publicación, el país se sorprende ante el hecho de que el medio ha sido objeto de una intimación por parte de la empresa donde aloja sus servidores –“Network Solutions”– para “la eliminación de material noticioso de sus archivos en un plazo de 48 horas, bajo la amenaza de suspender inmediatamente nuestras transmisiones en línea”. Al respecto, “La compañía dijo que había recibido una petición para que el contenido sea borrado”.
La censura es la aspiración máxima de toda sociedad, gobierno, empresa o persona con vocación totalitaria. La democracia se sostiene en la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones, sobre la base de informaciones accesibles, oportunas y verdaderas.
En épocas de redes sociales e información en línea, la información fluye descontroladamente, pero, al final se aloja en algún lugar; servidores operados por empresas que brindan el servicio bajo reglas comerciales que a veces chocan con las reglas de la democracia y la libertad de expresión.
Es verdaderamente torpe que, justo cuando en el país existe todo un debate en torno a la modificación del marco jurídico que regula la libertad de expresión y medios de comunicación, seamos testigos de una solicitud tan desafortunada y desnortada.
Y es que, precisando que el requerimiento en cuestión de la empresa al Listín en nada vincula ni al gobierno ni a su proyecto de ley –como algunos sectores y comunicadores pretenden hacer creer–, lo verdaderamente preocupante es el sustrato de intolerancia que se vive en el país, en donde una empresa privada entiende que tiene el poder orwelliano de reescribir la historia borrando un pasado que descansa en expedientes judiciales.
Si el objetivo era desaparecer una noticia vieja de todos los buscadores, no sólo han generado miles de noticias en paralelo, sino que han cosechado el rechazo masivo nacional ante una actitud intolerante, que no se borra ni con cartas ni espacios pagados pidiendo excusas; porque intención hubo, pues alguien solicitó el servicio de borrado.
El Listín Diario hizo lo que lleva 135 años haciendo: decir la verdad de manera rigurosa y objetiva. El ataque de que es objeto, más que al medio en cuestión, es a todos los medios y comunicadores del país, y a lo que estos representan y encarnan: la defensa de la libertad de expresión… Y aquí no hay términos medios, o se está a favor o se está en contra.