¡Qué bueno es cuando una mujer reconoce que otra tiene los méritos necesarios para que se destaquen en los medios de comunicación como un ejemplo de superación! Haciendo alusión a los estudios, a los conocimientos y al éxito que ha alcanzado Yudith Feliz, Cándida Acosta sugirió a Celeste Pérez que la entrevistara, y Cele, también ponderando la fructífera carrera de esta abogada, especialista en asuntos migratorios, entendió que lo que mandaba esta profesional era una ‘Historia de la Vida’.
Muy de acuerdo con su parecer, se hizo contacto con quien hoy protagoniza este relato. Sus ocupaciones son muchas, pero Yudith sabe que hay que sacar tiempo para todo, más si se trata de gritarle al mundo que sí se puede, que sí es posible soñar a corta edad con lo que se quiere ser de adulta.
“Dese niña fui muy abierta e intensa, a los 15 años supe que sería abogada migratoria, tenía muy claro cuáles eran mis objetivos para alcanzar la meta y, desde ahí me los tracé”. No se arrepiente. Con ideas concretas se inscribió en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm) a estudiar la carrera de Derecho.
Una vez concluye con éxito su carrera, la hija de Antonio Feliz y Aura Pérez, se fue a estudiar las maestrías y cursos especializados en Derecho Internacional, Derecho Migratorio y Derecho de Extranjería en Estados Unidos y Europa. “Luego llegué a República Dominicana y, con tan sólo 24 años, instalé mi oficina hasta la fecha. Tenemos 17 años en el mercado”. No todo fue color de rosa. Estaba consciente de que la competencia era fuerte, pero, en vez de competir, decidió ser competente.
“Debo decir que, al principio fue duro. Teníamos oficinas en Santiago, San Francisco de Macorís, Higuey y Santo Domingo; mi mamá era mi secretaria y viajábamos semanalmente a esos pueblos. Nada fácil. Muchas veces el cansancio me ganaba, pero gracias a Dios siempre me ha ido muy bien. Aunque pasé por algunos obstáculos, mi fe fue siempre más fuerte y el tiempo se encargó de poner todo en su lugar. Trato de ser muy honesta en mi trabajo, no engañamos a los clientes y tratamos de mantener siempre la calidad”. Esto lo ha podido hacer porque “cuando amas lo que haces, todo es un reto y una aventura”. Lo disfruta.
Compartiendo conocimiento
Yudith es inteligente. Sabía que el nicho del Derecho Migratorio en República Dominicana había que aprovecharlo, y qué mejor manera que aportando a la población desde una vía de comunicación tan importante como la televisión, sobre todo, hace 17 años atrás cuando aún era un medio dominante. Fue así que, desde que llegó al país, no se conformó con abrir su oficina, sino que “Empecé a asistir a diferentes programas de televisión que tienen una gran cobertura nacional e internacional, y en poco tiempo ya tenía mi propio espacio televisivo ‘Migración con Yudith Féliz’ que existe hasta la fecha”. No se ha dormido en los laureles y por eso la revista Forbes Dominicana la destaca en su edición ‘Mujeres Poderosas’.
La dueña de esta historia va al ritmo de los tiempos. Con la revolución de las redes sociales, la orientación migratoria que ofrece ha podido llegar a miles de hogares. No se apropia del mérito ajeno. “Yo soy la cara, pero detrás de mí, hay un gran equipo de personas trabajando para lograr los objetivos. En mi oficina YFP International Law Office, cambiamos vidas, porque el conocimiento es poder y, cuando tienes en tus manos un micrófono, el poder es doble”. Le agrada orientar.
Cuando habla de cambiar vida se refiere a que su misión es asesorar de manera correcta a una persona que desea emigrar por la vía laboral o la vía familiar, ya que esto significa que tendrá una mejoría tan significativa que cambiará su vida y su destino. “La satisfacción más grande te la da el deber cumplido, y la verdad es que esa sensación me encanta”. De ahí que su mejor publicidad es la de ‘boca a boca’, esa que es genuina porque significa que han vivido la experiencia.
Crear la Fundación: Amanda Valeria ha sido una terapia para Yudith Feliz
A la experta en asuntos migratorios, Yudith Feliz, se le preguntó por su familia. A veces, cuando una persona muestra tantos éxitos, cualquiera creería que trabajar y capacitarse es lo único que hace. Sorpresivamente, su historia no la ha construido sola y no todo ha sido festejo por los logros.
“He procreado tres hijos. La primera nació prematura y falleció cuando tenía un mes. De ahí el origen de la Fundación Amanda Valeria, donde se trabaja con niños prematuros. Esta labor, es mi más grande terapia. Del dolor, sacamos amor y llevamos esperanza a esos niños prematuros y, a los que logran salvarse, les damos seguimiento hasta que crecen, dándoles soporte y apoyo a sus madres y ayudándolas en su desarrollo”. El altruismo también se le da bien.
Luego tuvo a Ximena, que es su ‘niña arcoiris’ porque nació cinco años después de la muerte de Amanda. “Ella trajo luz y colores a nuestra vida. Luego, nace Juan José, mi varón, el príncipe de la casa. Tiene dos años”. Hablar de su familia la hace feliz, aunque haber perdido a su primera hija, la conmueve.
No deja de mencionar que tiene una hermana de padre y madre que siempre ha sido su compañera y cómplice. “Mantenemos una hermosa relación a pesar de que ella vive en Toronto, Canadá. Es una psicóloga exitosa y allá tiene su propia clínica. Mi mamá nos formó y no paramos de estudiar. Ella es el motor de arranque y la columna vertebral de la familia, mientras que mi papá nos sustentaba económicamente”. Lo cuenta con orgullo.
Formación que trasciende
Precisamente por lo que aprendió en el seno familiar, es que Yudith ha logrado llegar y superar las expectativas de esa meta que, desde los 15 años se propuso de ser una excelente especialista en asuntos migratorios.
Con esta base a cuestas: “Hemos podido hacer un trabajo diáfano, al punto que hemos resuelto casos importantes, como visados de paseo, de estudios, de trabajo, de comunicadores, negocios, domésticas, residencias, nacionalidades norteamericanas, italianas, canadienses, y españolas, ahora con la Ley de Memoria Democrática. También con adopciones, perdones, etcétera”. Por si fuera poco,Yudith trabaja con la Ley de Confotur, que es la Ley de Incentivo a la Inversión Extranjera.
Entre tantos casos resueltos: ¿Hay uno inolvidable para ti? Se le preguntó y de inmediato responde: “Para mí cada caso es especial, pero si tengo que elegir uno, sería éste”. A seguidas lo cuenta. “Fue cuando logramos resolver el visado de una persona que estaban acusando injustamente. Nos tomó dos años y, cuando al fin conseguimos demostrar su inocencia ante el consulado, nos fundimos en un abrazo y en lágrimas porque al fin se había hecho justicia y yo misma le dije a mi equipo: Hemos roto paradigmas, hemos conseguido lo que mucha gente dijo que era imposible. ¡Qué trabajazo hicimos!”. Aunque es una mujer de armas tomar, es un ser humano sensible.
Se define como una mujer de retos, incluso uno de sus lemas es: “No me subestimes, porque te puedo sorprender”. Porque “pongo cada caso en manos de Dios y oro pidiéndole sabiduría para que sea exitoso”. Ahí está la clave.
A sus 41 años esta abogada está disfrutando esta etapa. Eso sí, sabiendo que el éxito es dulce, y le encanta, pero sin dejar que éste le quite las ansias de servir, de hacer un trabajo honesto y de estar siempre estar agradecida con Dios “que nunca me abandona, conoce mi corazón y le da a cada quien lo que merece”. Con esta convicción es que ha logrado estar donde hoy se encuentra en el plano profesional y personal.
Mensaje a la juventud
“El límite es el cielo, que no se detengan cuando quieran lograr una meta, que traten de no hacerle daño a nadie para conseguirla, que se tracen los objetivos, sean disciplinados y que no se desanimen ante el primer obstáculo”. A ella le ha funcionado.