Santo Domingo,
Al concluir una visita de trabajo a República Dominicana, Marcos A. Orellana compartió los hallazgos y recomendaciones preliminares sobre las obligaciones de derechos humanos relacionadas con la gestión y eliminación de sustancias y desechos peligrosos.
República Dominicana está viviendo una catástrofe de plástico, “especialmente en lugares donde la contaminación no puede ser procesada ni contenida”; el país no cuenta con un manejo adecuado de los residuos y adolece de un apropiado sistema de control y comercialización de agroquímicos peligrosos.
Yaniris López