Ha transcurrido un año en que la angustia y la desinformación han llenado de desasosiego a una familia, con preguntas sin respuestas ante la extraña desaparición de Ana Iris Román, quien para la fecha tendría 55 años.
Esta madre y abuela desapareció la mañana del 4 de julio de 2024 cuando salió desde su casa en Herrera, Santo Domingo Oeste, a visitar a su padre, Cruz Román «Don Negro», en Los Alcarrizos.
La salud del señor empeoró con la ausencia de su hija y falleció a un mes de reportar a Ana Iris como desaparecida.
A un año de la desaparición, Evelyn Abreu y sus hermanos no descansan en la búsqueda de su madre, pegando afiches en distintas localidades, manifestaciones con familias y el seguimiento judicial, aunque la fiscal a cargo se declaró incompetente para llevar al caso.
“Esta es la fecha en que nosotros no hemos tenido ningún tipo de respuesta de las autoridades”, expresó Evelyn, quien en busca de ayudar a otras familias que se encuentran en la misma situación fundó la Asociación Dominicana de Familiares de Desaparecidos (Asodafade).
Ante la declaración de incompetencia de la fiscal de Las Caobas, Jessica Durán, la familia de Ana Iris busca un cambio de fiscal para darle seguimiento y que la desaparición de Ana Iris no quede archivada en cajones.
“Ya a estas alturas de juego lo que uno quiere es que el caso no muera, que el caso no lo archiven como siempre hacen, que se investigue a profundidad, porque hay muchas cosas que se deben ver”, señaló.
Indicó que tienen como persona de interés a la expareja de Ana Iris, con quien sostuvo una de las últimas llamadas antes de salir de su casa y a quien no se ha interrogado, según denunció Evelyn.
Precisó que supuestamente la fiscal, que quedó fuera del caso, solicitó el teléfono del caballero, cuyo nombre no fue proporcionado, en diciembre, sin embargo, a siete meses de esto no han obtenido ninguna información.
“He aprendido a vivir con el miedo constante de cada llamada, de cada hallazgo de un cuerpo sin identificar. La esperanza me sostiene, pero el silencio de las autoridades me rompe una y otra vez”, afirmó Abreu.
Rastreo
Conforme a la última ubicación que marca el teléfono de Ana Iris, este fue apagado a las afueras de Santo Domingo, en Los Almendros, Monte Plata, por lo que se dirigieron con unidades caninas de la Policía Nacional.
Sin embargo, por indisposición del canino y malas condiciones del vehículo, fue paralizada la búsqueda, sin que se haya retomado.
“La unidad canina marcó que en ese lugar hubo algo de mi madre, alguna pertenencia de ella entonces eso se quedó así, a nosotros no nos han dicho nada y esa es la exigencia que hacemos, dennos una explicación, investiguen si tienen que volver ahí a ese lugar, pero nosotros hemos sentido que no hemos sentido el apoyo suficiente en este caso y lastimosamente es la realidad que viven la mayoría de familiares que tienen que pasar por un desaparición”, deploró Evelyn.
A un año de la desaparición de Ana Iris, su hija busca ayuda estatal para saber dónde está su madre, ya que nunca llegó a su lugar de destino. Ni retornó a su punto de partida.
“Hoy no hablo solo por mi madre. Hablo por cada familia que vive esta tortura silenciosa, por cada rostro que no debe ser borrado de nuestra memoria colectiva. Las desapariciones no son hechos aislados. Son una emergencia nacional que exige respuestas”, indicó.