El Ministerio Público del Distrito Nacional recibió el pasado dos de julio de 2025 la primera solicitud de archivo definitivo de querella en favor del comunicador Ángel Martínez.
Esta querella había sido interpuesta por presunta difamación e injurias en perjuicio del comunicador Varga Vila Riverón.
Ángel Martínez se disculpó públicamente en el programa «Tu Mañana» tanto con Varga Vila Riverón como con Colombia Alcántara. Ambos aceptaron sus disculpas, se dieron un abrazo y acordaron cerrar el tema que originó las controversias entre ellos.
Por su parte, el abogado Julio César Fernández ha visto con beneplácito el cese de estas controversias, argumentando que, al final, no habrían tenido ningún resultado ni beneficio para ninguna de las partes. Según Fernández, en estos casos, existe un choque entre dos derechos fundamentales: el de la libre expresión y difusión del pensamiento y el derecho al honor. Derechos que, en ningún país democrático, se castigan con prisión.
Críticas a la gestión del caso y recomendaciones
El jurista sostuvo que el caso de Ángel Martínez «se ha manejado totalmente de manera ilegal», ya que, para ser un caso de difamación, se han «roto todos los esquemas de la prudencia y del debido proceso».
Esto, según Fernández, demuestra que el Ministerio Público está cometiendo un abuso de poder contra Ángel Martínez, y todas esas arbitrariedades «tienen consecuencias jurídicas en su favor».
Fernández adelantó que muchos abogados saben bien que los casos de difamación «no van para ningún lado» y, aun así, «mal aconsejan al ‘ofendido’ para que se querelle, le cobran por adelantado y luego le dicen ‘tú deberías hacer un acuerdo y dejar eso’, ‘tú no vas a conseguir nada'», sin devolver el dinero cobrado.
Por ello, exhortó a muchos «ofendidos» a que «no pierdan su tiempo con Ángel Martínez y que recuerden que ese señor vive en los Estados Unidos y transmite en su canal de YouTube desde allá y que está amparado en la Primera Enmienda de la Constitución Norteamericana». Añadió que el Tratado de Budapest no castiga de ninguna forma la difamación, y que, cuando todos esos procesos sean rechazados por los tribunales, los querellantes «se preparen porque podrían ser demandados en daños y perjuicios».
Además, consideró que «tratar de pelearse con Ángel Martínez sería perder su tiempo porque ese señor no posee ningún bien económico en el país y se imagina que en Estados Unidos tampoco».
El abogado explicó que si alguien consiguiera una condena civil en daños y perjuicios que fuera firme dentro de varios años, después de agotar las cuatro instancias judiciales, «el beneficiario tendría en la mano un papel vacío, que no encontrará qué hacer con él, ni dónde ejecutarlo y al final del tiempo perdió su dinero, su tiempo y no le sirvió de nada».
Por lo tanto, recomendó que en esos casos lo mejor es «llegar a un acuerdo desde el inicio y que ambos sigan sus caminos, que eso dará mayor resultado en vez de estar desgastándose en los tribunales», y se regocijó ante la posibilidad de que Ángel Martínez gane el caso y «luego sea peor» para los querellantes.
Fernández finalizó diciendo que la decisión tomada por el periodista Varga Vila Riverón «es lo más atinado y conveniente, porque así ya salió de eso y cerró ese caso».
Exhortó a cualquier funcionario del gobierno a «dejar sus ñoñerías», ya que este caso «le está ocasionando demasiado ruido negativo al gobierno porque si ese señor ya se retractó, pidió disculpas, borró los videos, ¿qué más quieren seguir jodiendo con eso?». Concluyó enfáticamente con la frase: «Regocíjense que a ese viejo le pase algo en este país y sea necesario pagarlo como nuevo».