El exministro de Hacienda de Chile, Felipe Larraín, advirtió el viernes que República Dominicana debe fortalecer su institucionalidad fiscal para mantener su crecimiento económico, que este año se proyecta en un 3%.
El economista señaló que el país necesita avanzar hacia lo que llamó una “institucionalidad fiscal 2.0” para reducir la incertidumbre, atraer más inversiones y bajar los costos de endeudamiento del Estado.
Durante un conversatorio sobre los desafíos y oportunidades de la economía en la región en el Banco Central, Larraín explicó que este modelo se sostiene en cuatro puntos. El primero es la regla fiscal, que ya existe en República Dominicana, pero que considera “perfectible”.
El segundo es la creación de un Consejo Fiscal Autónomo, algo que el país no tiene y que, según explicó, serviría como órgano técnico independiente para revisar y opinar sobre cualquier decisión relacionada con el uso de fondos públicos.
“Hacerlo por ley. Es un consejo autónomo, independiente, asesor; no es un consejo resolutivo, es un consejo asesor del Ministerio de Hacienda”, explicó.
El tercero es un fondo soberano, que permitiría enfrentar choques externos sin depender solo de deuda.
“Es un desafío. No es fácil crearlo”, subrayó.
Y el cuarto es un marco fiscal de mediano y largo plazo, que el país también posee.
“Si uno mejora la institucionalidad usted crea instituciones y da certeza, reduce incertidumbre a los inversionistas, mejora su clasificación de riesgo externa y eso atrae capitales al país”, aseguró.
“A su vez, esto para las personas permite reducir los costos de endeudamiento. No solamente el que se beneficia es el Estado, se benefician las empresas, se benefician las personas”, añadió.
Una situación fiscal que preocupa
Larraín dijo que la situación fiscal es uno de los desafíos más grandes para República Dominicana.
Recordó que el déficit estructural ronda el 4.2% y que esto se refleja en un aumento de la deuda pública.
Indicó que el país ya dedica más del 20% de toda su recaudación al pago de intereses de la deuda, lo que limita el presupuesto disponible para otras áreas.
También mencionó que la deuda bordea el 59% del PIB y que la meta establecida en la regla fiscal es llevarla al 40% para el 2035.
Dijo que reducir el déficit fiscal es clave para liberar recursos, mejorar la resistencia del país ante crisis externas y sostener el crecimiento económico.
El gobierno intentó en 2024 una reforma fiscal para ajustar y ampliar la recaudación tributaria, pero el plan fue rechazado por sectores económicos y una gran parte de la sociedad.
El presidente Luis Abinader retiró del Congreso Nacional el proyecto de ley. El tema, sin embargo, sigue sobre la mesa.
Larraín señaló que otro de los grandes retos del país es mantener un crecimiento económico del 5%, algo que describió como “un tremendo logro” y un “tremendo desafío”.
Agregó que el país también requiere de una mejor institucionalidad para impulsar la inversión, reducir el déficit fiscal, aumentar la formalidad, obtener el grado de inversión y avanzar en el ingreso a la OCDE.
Este último proceso lo calificó como exigente por los requisitos institucionales y de competencias.
República Dominicana tiene un plan para ingresar a la OCDE, según comentó el economista chileno.
“No cualquier país puede ingresar a la OCDE. Es difícil ingresar (…) pero creo que importa”, dijo.
Fortalezas del país
El exministro, sin embargo, reconoció varios puntos a favor de la economía dominicana: alto crecimiento económico, inflación baja y estable, un Banco Central autónomo, estabilidad política y social y la existencia del Plan 2036, que fija metas claras para el desarrollo del país.
También subrayó la llegada de inversión extranjera que recibe República Dominicana en comparación con otros países de la región.
Meta de duplicar el ingreso per cápita
El economista habló del Plan 2036, que plantea duplicar el ingreso per cápita, un objetivo que, dijo, acercaría al país al nivel de economías desarrolladas.
Explicó que, si República Dominicana mantiene un crecimiento del ingreso per cápita del 5%, podría alcanzar en 2030 el nivel actual de Grecia.
Si aspira a Bulgaria, sería en 2032, y si apunta a Portugal, en 2034.
Aunque reconoció que es una meta ambiciosa, consideró que es posible en un plazo de cinco a diez años.
Empleo e informalidad
Larraín destacó como positivo la caída de la tasa de desempleo, que hoy se encuentra entre las más bajas de América Latina.
Sin embargo, advirtió sobre el desafío de la informalidad laboral, que en República Dominicana ronda el 55%.
Recordó que en la región hay países con niveles mucho más altos, como Bolivia (86%), Perú (71%) y Honduras (82%), pero insistió en que reducir la informalidad dominicana ayudaría a aumentar la recaudación y fortalecer las finanzas públicas.
Comentó que la informalidad no solo se encuentra en vendedores ambulantes, sino también en profesionales de ingresos medios y altos, como instructores o preparadores físicos que no emiten facturas.
Pobreza en descenso
El exministro también valoró la importante reducción de la pobreza registrada en los últimos años y señaló que el plan oficial busca llevarla a niveles mínimos.
Dijo que, si el país logra situarla por debajo del 5%, podría considerarse prácticamente eliminada.