Los líderes del G20 confirmaron este sábado sin sorpresas el histórico acuerdo sobre una reforma internacional que busca acabar con los paraísos fiscales mediante la introducción de un impuesto mundial del 15% sobre los beneficios de las multinacionales.
El G20 aprobó «un acuerdo histórico sobre las nuevas reglas fiscales internacionales, incluyendo un impuesto mínimo mundial que podrá fin a la perjudicial carrera a la baja en el impuesto de sociedades», celebró en un comunicado la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen.
La aprobación, que se daba por hecho después que 136 países dieran su visto bueno a principios de octubre al pacto negociado bajo la égida de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se oficializará en la declaración final del G20 prevista el domingo, según varias fuentes.
La reforma debería permitir a estos 136 países, que representan el 90% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, generar unos 150,000 millones de dólares de ingresos adicionales al año gracias a este impuesto mínimo, que cada nación debe ahora legislar de cara a su introducción a partir de 2023.
La medida se estructura en dos pilares. Uno de ellos es el tipo impositivo mínimo del «15%» para las empresas con más de 750 millones de euros anuales (867 millones de dólares) de facturación.
El otro pilar busca que los ingresos abonados por las grandes empresas lleguen a los países donde obtienen sus ingresos y no donde tienen su sede social, limitando así las controvertidas prácticas de optimización fiscal.
Esta medida se aplicará a las multinacionales cuya facturación mundial supere los 20,000 millones de euros (unos 23,000 millones de dólares) y cuya rentabilidad sea superior al 10%.