Cuatro tendencias globales que tendrán un impacto crucial en el futuro de las instituciones financieras son: cambios macroeconómicos significativos, avances tecnológicos continuos, escrutinio regulatorio intensificado y cambios en el riesgo sistémico debido a tensiones geopolíticas crecientes.
El dato lo ofrece el reporte Anual de Banca 2023 elaborado por la firma Mckinsey & Company, el cual indica que el entorno macroeconómico cambió sustancialmente con tasas de interés y cifras de inflación más altas en muchas partes del mundo, y una posible desaceleración del crecimiento económico chino.
Explica que el progreso tecnológico continúa acelerándose y los clientes se sienten cada vez más cómodos y exigentes con las experiencias impulsadas por la tecnología de la IA generativa que posee la capacidad de aumentar la productividad entre 3 y 5%, permitiendo una reducción de gastos operativos de hasta US$200 y US$300 mil millones.
Señala el reporte que los gobiernos amplian y profundizan el escrutinio regulatorio de las instituciones e intermediarios financieros no tradicionales a medida que el sistema macroeconómico se ve sometido a tensiones y surgen nuevas tecnologías, actores y riesgos.
Y por último, el riesgo sistémico está cambiando de naturaleza a medida que las crecientes tensiones geopolíticas aumentan la volatilidad y estimulan restricciones al comercio y la inversión en la economía real.
“La industria bancaria se encuentra en un punto de inflexión crucial. La capacidad de adaptarse a estos cambios y abrazar la innovación tecnológica será fundamental para el éxito continuo de las instituciones financieras en un mundo cada vez más dinámico y competitivo”, aseguró Antonio Novas, socio y gerente territorial de Mckinsey & Company en República Domincana.
Recuperación
El estudió evidenció un periodo de recuperación y crecimiento inusual en los últimos 18 meses gracias al aumento de las tasas de interés en muchas economías avanzadas, incremento que contribuyó al aumento de US$280 billones en ganancias del sector en 2022 y sobre el que se espera un rendimiento sobre el capital con un alcance del 13% para 2023, en comparación con el promedio del 9% desde 2010.
La «Gran Transición Bancaria» ha visto cómo los balances y las transacciones se han trasladado de los bancos tradicionales a instituciones no convencionales y a partes del mercado con menos capital y regulación diferente. Este cambio ha llevado a una redefinición del sector, con implicaciones significativas para la forma en que los bancos operan y compiten.
Entre 2017 y 2022, proveedores de pagos y de infraestructura de mercados de capitales, administradores de activos y bancos de inversión, así como casas de bolsa, incrementaron su relación precio-beneficio, mientras que otras instituciones financieras, incluidos los bancos globales sistemáticamente importantes (GSIB, por sus siglas en inglés), la banca universal y los prestamistas no bancarios, vieron un declive en su precio-beneficio.
Proveedores de pagos, bancos de inversión y casas de bolsa también incrementaron sus ganancias por acción más que cualquier otro tipo de institución. Consecuentemente, estas instituciones salieron muy bien libradas en creación de valor y retorno total de inversión durante este periodo de cinco años.
Sin embargo, hay un aspecto de la banca que no ha cambiado: la relación precio-valor contable que era de 0.9 en 2022. Esta medida se ha mantenido estable desde la crisis financiera de 2008, y se encuentra en una brecha histórica con respecto al resto de la economía: un reflejo de que los mercados de capital esperan que el rendimiento del capital ponderado por duración se mantenga por debajo del costo del capital.
República Dominicana
De acuerdo al Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo (MEPyD), la tasa de interés activa en el sistema financiero registró una leve disminución en septiembre del presente año producto de las medidas adoptadas por el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) a partir de mayo, cuando la inflación doméstica comenzó a entrar a su rango meta 4 % ± 1 %.
En el periodo mayo-septiembre, hubo una disminución de 0.32, 1.71 y 1.70 puntos porcentuales en las tasas de consumo, hipotecaria y de comercio, respectivamente, según reporta el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) en su más reciente informe sobre coyuntura macroeconómica.
A pesar de la mejoría en los intereses que cobran los bancos y otras entidades financieras por los préstamos y productos, el proceso continúa ralentizado, observó el MEPyD.
En respuesta a estos desafíos y oportunidades, se sugieren como prioridades para las instituciones financieras mientras buscan reinventarse y prepararse para el futuro:
1. Flexibilizar y desagregar el balance utilizando modelos de origen para distribución y enfoques renovados en los depósitos para adaptarse a las nuevas dinámicas del mercado.
2. Escalar o salirse del negocio de transacciones buscando economías de escala a través de fusiones, adquisiciones y colaboraciones estratégicas para optimizar los negocios de transacciones y mejorar la distribución para vender.
3. Asesorar a los clientes directa e indirectamente, utilizando plataformas integradas para mantenerse al tanto del entorno de riesgos en constante evolución, incluida la gestión proactiva de riesgos tecnológicos y regulatorios.