Una comunidad en Nueva York se reunió el domingo para recordar a sus seres queridos fallecidos tras el incendio de hace una semana en un edificio de apartamentos en el Bronx que mató a 17 personas, incluidos ocho niños.
El funeral masivo culminó una semana de oraciones y luto dentro de una comunidad muy unida proveniente de África occidental, la mayoría con raíces en Gambia. “Esta es una situación triste. Pero todo viene de Dios. Siempre ocurren tragedias, solo agradecemos a Alá que todos podamos unirnos”, dijo Haji Dukuray, tío de Haja Dukuray, quien murió con tres de sus hijos y su esposo.
Los fallecidos tenían entre 2 y 50 años. Familias enteras perecieron, incluida una familia de cinco. También quedaron niños huérfanos.
Había 15 ataúdes alineados frente a la sala de oración. Variaban en tamaño: los más chicos, que contenían los restos de las víctimas más jóvenes, no eran más grandes que mesitas de sala.
“Hace una semana estaban con nosotros… ahora se han ido”, dijo Musa Kabba, el imán de la mezquita Masjid-Ur-Rahmah, donde muchas de las víctimas acudían a rezar.
Después de los servicios del domingo en la ciudad de Nueva York, 11 ataúdes debían ser transportados a un cementerio en Nueva Jersey para su entierro. Se espera que cuatro de las víctimas sean repatriadas a Gambia, según lo solicitado por las familias