Las tropas rusas intensificaron el martes su ofensiva en zonas urbanas de Ucrania, bombardeando la plaza central de la segunda ciudad más grande del país y la principal torre de televisión de Kiev, en lo que el presidente ucraniano describió como una flagrante campaña de terror.
“Nadie perdonará. Nadie olvidará”, prometió el presidente Volodymyr Zelenskyy tras el derramamiento de sangre en la plaza de Járkiv.
Las autoridades ucranianas informaron que cinco personas murieron en el ataque contra la torre de televisión, la cual se ubica a unos 3 kilómetros (2 millas) del centro de Kiev y a poca distancia de edificios residenciales. Una sala de control de TV y una subestación eléctrica resultaron afectadas y al menos algunos canales ucranianos dejaron de transmitir, indicaron las autoridades.
La oficina de Zelenskyy también reportó un ataque con misiles en el monumento al Holocausto de Babi Yar, ubicado cerca de la torre. Un portavoz del monumento señaló que un cementerio judío que se encuentra en el lugar, en donde los ocupantes nazis mataron a más de 33.000 judíos en poco más de dos días en 1941, resultó dañado, pero no se conocerá la magnitud de las afectaciones hasta el amanecer.
Al mismo tiempo, un convoy militar formado por cientos de tanques y otros vehículos blindados avanzaba lentamente hacia la capital, donde residen casi 3 millones de habitantes, en lo que Occidente teme que sea un intento por derrocar el gobierno e instalar un régimen favorable al Kremlin.
Las fuerzas del presidente ruso Vladimir Putin también intensificaron sus ataques en otras poblaciones grandes y pequeñas que incluían los puertos estratégicos de Odesa y Mariúpol en el sur.
En el sexto día de la guerra terrestre más grande de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, Rusia se encuentra cada vez más aislada, acosada por duras sanciones que han sumido su economía en una crisis. El país prácticamente carece de aliados aparte de algunas naciones como China, Bielorrusia y Corea del Norte.
El número total de muertes sigue sin estar claro, pero un alto agente de inteligencia de Occidente calculó el martes que más de 5.000 soldados rusos habían muerto o habían sido capturados. Ucrania no difundió un estimado de bajas.
El Ministerio de Defensa de Gran Bretaña señaló que ha registrado un incremento en los ataques aéreos y de artillería por parte de Rusia contra zonas urbanas densamente pobladas durante los últimos tres días. También indicó que tres ciudades, Járkiv, Jersón y Mariúpol, se encuentran rodeadas por tropas rusas.
A muchos expertos militares les preocupa que Rusia esté cambiando de táctica. La estrategia de Moscú en Chechenia y Siria fue usar artillería y bombardeos para pulverizar ciudades y aplastar la determinación de los combatientes.
El bombardeo a la torre de televisión se produjo después de que Rusia anunció que atacaría instalaciones de transmisión utilizadas por la agencia de inteligencia ucraniana. Hizo un llamado a las personas que viven cerca de esos lugares a que abandonen sus hogares.
En Járkiv, con una población de 1,5 millones, al menos seis personas murieron cuando el edificio administrativo ubicado en la Plaza de la Libertad recibió un impacto de un supuesto misil.
El ataque contra la Plaza de la Libertad, centro de la vida pública de la ciudad, fue visto por muchos ucranianos como una prueba irrefutable de que la invasión rusa no sólo se centra en blancos militares, sino que también busca quebrar la moral de la población.
El ataque destruyó ventanas y paredes de los edificios que rodean la gran plaza central, la cual quedó repleta de polvo y escombros. En el interior de un edificio había enormes trozos de yeso desparramados y puertas arrancadas de sus bisagras en los pasillos.
“Hay gente debajo de las ruinas. Hemos extraído cuerpos”, dijo Yevhen Vasylenko, delegado del Ministerio de Situaciones de Emergencia en Járkiv.
Zelenskyy calificó el ataque a la plaza como “terrorismo al descubierto” y un crimen de guerra. “Esto es terrorismo de Estado de la Federación Rusa”.
En un emotivo llamado al Parlamento Europeo, Zelenskyy declaró: “Luchamos para ser miembros de Europa en igualdad. Creo que hoy estamos demostrando a todos que eso es lo que somos”.
Aseguró que 16 niños murieron el lunes en distintos puntos de Ucrania, e ironizó sobre las afirmaciones rusas de que únicamente atacaba objetivos militares.
“¿Dónde están los niños? ¿En qué clase de instalaciones militares trabajan? ¿En qué tanques viajan?”, preguntó Zelenskyy.
Human Rights Watch informó que en los últimos días documentó un ataque con bombas de racimo afuera de un hospital en el este de Ucrania. Residentes también reportaron el uso de este tipo de armas en Járkiv y en el poblado de Kiyanka. El Kremlin ha negado el uso de bombas de racimo.
De confirmarse las acusaciones, esto representaría un nuevo nivel de brutalidad en el conflicto y podría resultar en un mayor aislamiento para Rusia.