Las medidas destinadas a ahorrar energía adoptadas por el gobierno de izquierda español, enmarcadas en el plan europeo para limitar las importaciones de gas ruso, entraron en vigor ayer miércoles en comercios y otros edificios abiertos al público.
La principal disposición busca moderar la climatización, de allí que los comercios, establecimientos culturales, como cines o teatros, y aeropuertos y estaciones de trenes y autobuses tendrán que mantener el aire acondicionado a un mínimo de 27 ºC.
En invierno, la calefacción no podrá superar los 19°C.
“El objetivo de este plan es ahorrar gas para prepararnos para este invierno, en caso de que (el presidente ruso Vladimir) Putin decidiera, frente a las sanciones, cortar el suministro de gas a Europa”, explicó a la televisión pública TVE Joan Groizard, director del instituto para el ahorro de la energía del Ministerio para la Transición Ecológica.
El decreto prevé también que las luces de los escaparates de las tiendas o edificios públicos vacíos se mantangan apagadas.