Nos acercamos al noveno mes del año y la inflación sigue siendo la espada de Damocles de la economía.
El aumento de la tasa de política monetaria, de 3% a 7.75%, junto a la reducción del circulante en más de RD$120 mil millones, se comenzará a sentir fuertemente en el crecimiento a partir del 2023 y quizás antes.
Esta ecuación que integra variables como tasa de interés, volumen de crédito, consumo, inversión y empleo, debe buscar el equilibrio entre inflación y recesión.
¿Hasta donde puede subir la tasa de interés sin entrar en recesión causando perdidas de empleo? Es difícil determinar ese punto de equilibrio porque los bancos centrales tienen como prioridad bajar la inflación antes que preocuparse del crecimiento.
La economía en el 2022 terminará con buenas notas si alcanzamos un 5% de crecimiento, sin aumentar la relación deuda/PIB, aunque el déficit subirá de 3% al 3.6% del PIB, nada mal considerando el inmenso gasto social de este año.
Pero la ecuación está incompleta. Según CEPAL en el 2021 el poder adquisitivo de los dominicanos cayó 10%, con inflación de 8.5%. Con una inflación promedio de 9%, este año, ese poder adquisitivo puede caer otro 10%.
En consecuencia, hay que aumentar el salario y hacerlo consensuadamente considerando 3 aspectos: evitar despidos masivos, tratamiento especial a las MiPymes y que el costo de la seguridad social y las altas tasas de interés se tomen en cuenta.
Estos ajustes salariales son urgentes para evitar que la pobreza aumente, forzando al gobierno a incrementar las ayudas sociales que ya excede cifras históricas. Pero van a tener cierto impacto en los precios por lo que se sugiere medidas anticíclicas más estrictas.
Finalmente, el presupuesto del 2023 debe afinar sus cálculos en cuanto a los subsidios a los combustibles y la electricidad, ambos insostenibles.
Igualmente, reducir las expectativas de crecimiento y ajustar los ingresos y gastos a una nueva realidad, donde las ayudas sociales seguirán en aumento y la demanda de nuevas obras también.
En materia fiscal, fijar como meta un déficit del 3.5% del PIB, y la deuda del gobierno central mantenerla por debajo del 48% del PIB. Y en lo monetario, la inflación bajara, pero lejos del rango meta del 4%.
Para sortear un difícil 2023 necesitaremos tres salvavidas: Turismo, remesas y aumentar la inversión externa o público-privada a como dé lugar.
Y cuidado con sobrevaluar demasiado el peso que eso afecta seriamente nuestras exportaciones.