Decenas de miles de seguidores de la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner se volcaron el viernes a las calles para expresarle su apoyo luego de que fue víctima de un intento de atentado por el que un ciudadano brasileño permanece detenido.
La Plaza de Mayo se llenó de manifestantes del oficialista Frente de Todos que, portando banderas argentinas, mostraron su respaldo a la también expresidenta (2007-2015), quien la víspera se salvó de morir acribillada en las inmediaciones de su vivienda en Buenos Aires.
También se concentraron sindicalistas y dirigentes de organizaciones sociales, así como familias con niños.
Las autoridades argentinas investigan si el brasileño Fernando André Sabag Montiel actuó por cuenta propia o siguiendo órdenes cuando intentó atentar la víspera con una pistola Bersa contra la vicepresidenta, una de las principales figuras políticas del país.
Del detenido se sabe hasta ahora que es vendedor ambulante y reside en el país desde hace décadas, dijo a The Associated Press un funcionario del Ministerio de Seguridad que pidió no ser identificado por no estar autorizado a brindar información sobre el ataque.
“No hay ninguna hipótesis confirmada” sobre si actuó solo o fue enviado por alguien, por lo que “todo es materia de investigación”, sostuvo el funcionario.
El hecho, ocurrido la noche del jueves en las inmediaciones del edificio donde reside la exmandataria en Buenos Aires, ha generado una gran conmoción.
Desde hace más de dos décadas Fernández de Kirchner es una figura central de la política argentina, donde ha ejercido como legisladora, presidenta durante dos mandatos consecutivos y ahora vicepresidenta. Las aguas se dividen entre los que la admiran por considerar que sus gobiernos conquistaron derechos civiles y garantizaron políticas sociales a favor de los sectores empobrecidos y los que la califican de demagoga y corrupta.
El brasileño, de 35 años, fue detenido el jueves por la noche después de apuntar con un arma de fuego a la vicepresidenta cerca de su vivienda en lo que el mandatario Alberto Fernández calificó como un atentado que se frustró porque la pistola no se disparó.
El detenido reside en Argentina desde 1998 y la policía le encontró un cuchillo de cocina durante una revisión de su auto en las calles de la capital en 2021. Pero no tiene antecedentes penales.
Imágenes del brasileño obtenidas de sus redes sociales -ahora inactivas- y difundidas por los medios de prensa locales lo muestran posando con sus manos y brazos llenos de tatuajes que, según usuarios de redes sociales, están asociados con la simbología nazi.
El arma que empuñó es una Bersa 380 “apta para el disparo y de funcionamiento normal… se encontraron en el allanamiento de su domicilio dos cajas con balas del mismo calibre”, dijo un funcionario judicial que investiga el hecho -caratulado como intento de homicidio- y quien pidió no ser identificado por la misma razón que el anterior.
El brasileño no tenía autorización para portar la Bersa, que era ilegal, indicó a AP Gabriel González Da Silva, de la Unidad Fiscal Especializada en la Investigación de Ilícitos relacionados con Armas de Fuego, Explosivos y demás Materiales Controlados.
El detenido está siendo sometido a pericias médicas antes de ser indagado.
La jueza María Eugenia Capuchetti se encargó de tomar declaración como testigo a la vicepresidenta en su vivienda.
El senador Oscar Parrilli, uno de los hombres más cercanos a Fernández de Kirchner, señaló a periodistas que “Cristina está impactada y conmocionada” pero “tiene su espíritu y temple intactos, y en este sentido está bien”.
Frase
“Deseo expresarle mi solidaridad y cercanía en este delicado momento”. papa francisco