Las mujeres ya estamos en la industria de la ciberseguridad, y ha sido así, una conquista a base de talento, constancia, esfuerzo y resultados. Sin embargo, este sector, que está en franco crecimiento, enfrenta hoy un serio problema: tiene 3.4 millones de vacantes y no hay perfiles adecuados para ocupar esas posiciones. Ese es el terreno fértil que espera por las niñas y adolescentes a quienes debemos impulsar a soñar con una carrera en tecnología.
Un estudio de Kaspersky que buscó analizar la presencia y evolución de las mujeres en la industria de la tecnología revela que al momento de elegir una profesión, las niñas en edad escolar no consideran el sector Tech como una alternativa laboral y, de hecho, es a los 16 años cuando las jóvenes elijen una carrera y descartan la tecnología.
Las causas son diversas, una de ellas es quizá que la industria de la ciberseguridad está envuelta en varios mitos y el principal es creer que para incursionar en ella debes ser ingeniero o un profesional con posgrados y especializaciones técnicas. Nada más alejado de la realidad; de hecho, las principales habilidades empresariales y sociales que los gerentes desean para las nuevas contrataciones en ciberseguridad son precisamente los soft skills: habilidades analíticas, comunicación y pensamiento crítico, ya que estas no son tan fáciles de adquirir como las habilidades técnicas.
En cuanto a carreras, existen muchas más oportunidades de empleo en el sector que tal vez no sean tan obvias, como la gestión de productos, la gestión de proyectos, soporte técnico, capacitación, comunicación (incluyendo al periodismo), marketing, leyes, etc. No existe un camino único que conduzca a una profesión en el mundo de la ciberseguridad.
Otro mito es pensar que el sector de la ciberseguridad sigue siendo un territorio reservado para el género masculino; son muchas las empresas que hoy entienden que la diversidad y la inclusión no solo es una cuestión ética, sino un factor de eficiencia empresarial. Pero más allá de mitos, compartiré algunas realidades de lo que hoy representa la presencia femenina en este sector.
El 76% de las mujeres latinoamericanas consultadas en el estudio de Kaspersky respondieron que, desde su experiencia, el género no ha sido relevante para progresar en la industria porque el avance depende de las capacidades, y 67% aseguró que sus habilidades y experiencia se consideraron más que su género al aspirar a su primer empleo en la industria. Soft skills como la empatía, la capacidad de reconocimiento y la escucha activa son solo algunas de las habilidades que se reconocen en las mujeres y que son un factor de diferencia en los equipos gerenciales.
Otro dato interesante es que 71% de las mujeres respondió que se siente segura de que sus opiniones son respetadas desde el primer día de trabajo en la industria y 53% dijo que el número de mujeres en puestos directivos ha incrementado en los últimos años en sus organizaciones. Como dije al principio, se trata de una conquista que hemos realizado a base de talento, constancia, esfuerzo y resultados, además de que las empresas han constatado que pueden beneficiarse de los distintos puntos de vista que hombres y mujeres tienen ante un mismo tema o situación.
La industria de la ciberseguridad está esperando por el talento de las niñas y adolescentes que son nativas digitales y que han hecho de la tecnología parte de sus vidas desde sus primeros años. Quienes hoy tenemos el privilegio de formar parte de este sector hemos tenido que aprender de él, no crecimos con la tecnología como nuestra gran aliada y, pese a ello, hemos logrado abrirnos paso, escalar posiciones y, sobre todo, seguir aprendiendo de temas que hoy son vitales para empresas y usuarios: seguridad, privacidad y protección de datos de billones de seres humanos. De ese tamaño es el mercado que las espera.
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La autora es gerente general de Kaspersky para la región Norte de Latinoamérica