Lluvias torrenciales inundaron el miércoles gran parte del área metropolitana de Miami, en el sureste de Estados Unidos, dejando decenas de vehículos varados en las calles y obligando a cerrar las escuelas y el aeropuerto de Fort Lauderdale al menos hasta el viernes por la mañana.
Las precipitaciones dejaron más de 635 mm de agua en 24 horas en esa ciudad de 180.000 habitantes al norte de Miami, según un informe preliminar del servicio meteorológico estadounidense. La cifra supera el récord de 370 mm en esa localidad, que se remonta a abril de 1979.
El aguacero provocó numerosos atascos e inundó los accesos al aeropuerto, dejando a decenas de personas aisladas y provocando numerosas cancelaciones.
Las autoridades esperaban poder retomar el tráfico aéreo este jueves, pero tuvieron que aplazar la reapertura al viernes para poder limpiar el agua y los residuos presentes en las pistas.
«Esto es una estupidez», dijo este jueves al Sun Sentinel Rob Gourley, un turista que no pudo volar con su esposa hasta Nassau, en las Bahamas, debido al temporal en Fort Lauderdale.
«Era la primera vez que salíamos en cinco años después del covid y todo eso», añadió ese habitante de Sarasota, en el oeste de Florida. «Estamos listos para volver a casa y olvidarnos de todo».
Horas después de declarar un estado de emergencia, el municipio de Fort Lauderdale pidió paciencia a los habitantes mientras los equipos locales tratan de limpiar las numerosas carreteras que siguen cerradas.
El servicio meteorológico estadounidense mantiene en vigor una vigilancia por posibles inundaciones en las costas del área metropolitana de Miami, debido a que los suelos están saturados de agua y a que se esperan nuevas precipitaciones este jueves, indicó en Twitter.