El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, puso fin el viernes a una emotiva visita a Irlanda con un baño de masas en la tierra de sus ancestros, donde dijo que pronto anunciará si se presenta a la reelección en 2024.
Tras una visita relámpago el martes a la provincia británica de Irlanda del Norte para conmemorar el 25º aniversario del acuerdo de paz, el mandatario demócrata de 80 años efectuó un viaje de tres días por la República de Irlanda, donde fue recibido como un hijo del país.
«Es como volver a casa, realmente. A lo largo de los años, las historias de aquí se han convertido en parte de mi alma», dijo Biden en su discurso de despedida desde Ballina (noroeste), una de las cunas de su familia, ante unos 27.000 espectadores en un acto con tintes de campaña electoral.
Fue la última etapa de un viaje íntimo para el presidente, que en gran parte parece diseñado para preparar su candidatura a la reelección en 2024, todavía no confirmada oficialmente.
Al dejar Irlanda, Biden aseguró que anunciará «relativamente pronto» su decisión. «Os dije que mi plan era presentarme otra vez», aseguró a la prensa.
«Ya he hecho ese cálculo. Lo anunciaremos relativamente pronto. Pero el viaje aquí ha reforzado mi optimismo sobre lo que podemos hacer», dijo.
La visita, ya cargada de emoción, tomó un carácter todavía más íntimo en la mañana durante una visita al santuario de Knock, un popular lugar de peregrinación visitado por el papa Francisco en 2018.
Allí, Biden, el segundo presidente católico de su país tras John Fitzgerald Kennedy, se recogió en privado y se encontró sin que estuviera previsto con el capellán que le dio la extremaunción a su hijo Beau, fallecido por un cáncer cerebral en 2015.
«El presidenta lloraba, esto lo emocionó realmente, y hemos rezado por su familia», dijo el padre del santuario, Richard Gibbons, a la BBC.
«Fue como una señal», explicó Biden en su discurso posterior ante la catedral San Muredach de Ballina, un lugar de especial significado para su familia.
En 1828, Edward Blewitt, antepasado de Biden, vendió los ladrillos utilizados en la construcción de esta catedral católica y utilizó el dinero para financiar la posterior emigración de su familia a Estados Unidos.
Desde la mañana, la localidad lucía con orgullo banderas estadounidenses. Cuando Biden ganó las elecciones de 2020, Ballina encargó un mural con su imagen de cinco metros de altura.
El líder todavía tiene parientes que viven en la zona, incluido Joe Blewitt, un primo tercero, que trabaja como fontanero.
«Es emotivo, es un día de mucho orgullo para nuestra familia y para Irlanda», dijo Blewitt, de 43 años, a la AFP. «Ballina es muy especial para él».
El demócrata, acompañado por su hijo Hunter y su hermana Valerie, visitó también un centro de investigación genealógica para recorrer minuciosamente el recorrido de sus ancestros maternos, que emigraron a mediados del siglo XIX.
En el contexto de un posible duelo electoral contra el republicano Donald Trump, Biden hizo hincapié en el éxito de los emigrantes irlandeses a la hora de labrarse una nueva vida lejos de casa.
Estados Unidos e Irlanda se unieron «no sólo en la esperanza, sino en la convicción de que nos esperan días mejores», dijo.